(Ciudad del Vaticano, 23 May. 2022). “El bien no hace ruido, pero construye el mundo”, recalcó el Papa Francisco en su discurso a los voluntarios del Servicio Nacional de Protección Civil de Italia, a quienes recibió en audiencia esta mañana en el Vaticano.

“Tenemos que entender y ver que nuestra vida depende de la de los demás y que la bondad es contagiosa. Estar cerca de nuestros hermanos y hermanas nos hace mejores, más útiles y solidarios. Y al mismo tiempo, nuestra sociedad se vuelve un poco más habitable”, resaltó el Papa, quien les agradeció por su labor durante la pandemia y recordó que hay otras emergencias, provocadas por el cambio climático o por las guerras, reiterando su invitación a acoger a los refugiados, que necesitan “encontrar a alguien que les tienda la mano, que les ofrezca una sonrisa” y que haga que se sientan “como en casa”.

Recordando una vez más la tragedia de la guerra en Ucrania, el Pontífice señaló que “todas las guerras marcan una rendición de la capacidad humana de protección” y constituyen “una negación de lo que está escrito en los compromisos solemnes de las Naciones Unidas”. En este sentido, Francisco recordó las palabras del Papa Pablo VI ante las Naciones Unidas en 1965,  “¡nunca más la guerra!”, y exhortó a proteger “el sueño de paz de los pueblos, el sagrado derecho de los pueblos a la paz”.

Y hablando de los efectos del cambio climático, el Papa también reiteró su llamado a escuchar el “grito de la tierra” y destacó la importancia de la prevención. “Cuando forzamos la mano, la naturaleza muestra su rostro cruel y el hombre se ve aplastado, obligado a gritar su miedo”, advirtió el Pontífice, quien insistió en que “la prevención puede lograrse implicando a las distintas partes responsables de la administración de un territorio”, formando “conciencias para que los bienes comunes no se abandonen o sólo beneficien a unos pocos” y vigilando “para que los acontecimientos adversos no desencadenen desastres irreparables en la población”.

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