El Papa reitera: “En la Iglesia no hay lugar para los abusos”
(Ciudad del Vaticano, 30 Sep. 2024). “«Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar». Con estas palabras, dirigidas a los discípulos, Jesús pone en guardia del peligro de escandalizar, es decir, de obstaculizar el camino y lastimar la vida de los ‘pequeños’. Es una admonición fuerte, una admonición severa, sobre la que debemos detenernos a reflexionar”, indicó el Papa Francisco en su homilía durante la Santa Misa que presidió en el Estadio “Rey Balduino” de Bruselas, en Bélgica, segunda etapa de su 46º viaje apostólico internacional, de donde regresó ayer a Roma.
“Pensemos a lo que ocurre cuando los pequeños son escandalizados, golpeados, abusados por aquellos que debieran cuidarlos; a las heridas de dolor e impotencia en primer lugar de las víctimas, pero también de sus familiares y de la comunidad. Con la mente y con el corazón, vuelvo a las historias de algunos de estos ‘pequeños’ que he encontrado antier. Los he escuchado, he escuchado su sufrimiento por haber sido abusados y lo repito aquí: en la Iglesia hay lugar para todos, todos, todos, pero todos seremos juzgados y no hay lugar para el abuso, no hay lugar para el encubrimiento del abuso”, reiteró el Papa, quien pidió a todos: “no encubran los abusos”.
“Se lo pido a los obispos: no encubran los abusos. Condenen a los abusadores y ayúdenles a curarse de esta enfermedad del abuso. El mal no se debe esconder, el mal debe ser sacado a la luz, que se dé a conocer, como lo han denunciado algunos abusados valientemente. Que se dé a conocer. Y que sea juzgado el abusador, sea laica, laico, sacerdote u obispo. Que sea juzgado”, recalcó Francisco.
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