El Papa: “Jesús era un hombre libre respecto a las riquezas, el poder y la fama. Si nos dejamos condicionar por estas cosas nos convertimos en esclavos”

El Papa: “Jesús era un hombre libre respecto a las riquezas, el poder y la fama. Si nos dejamos condicionar por estas cosas nos convertimos en esclavos”

(Ciudad del Vaticano, 9 Jun. 2024). “El Evangelio de la liturgia de hoy nos dice que Jesús, después de haber iniciado su ministerio público, se encontró ante una doble reacción: la de sus parientes, que estaban preocupados y temían que se hubiera vuelto un poco loco; y la de las autoridades religiosas, que lo acusaban de actuar movido por un espíritu maligno. En realidad, Jesús predicaba y sanaba a los enfermos con la fuerza del Espíritu Santo. Y el Espíritu lo hacía divinamente libre, es decir, capaz de amar y de servir sin medida y sin condiciones. Jesús es libre”, enfatizó el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus.

“Jesús era libre respecto a las riquezas. Por eso dejó la seguridad de su pueblo, Nazaret, para abrazar una vida pobre y llena de incertidumbres, curando gratuitamente a los enfermos y a cualquiera que viniese a solicitarle ayuda, sin pedir nunca nada a cambio. La gratuidad del ministerio de Jesús es esta. Es también la gratuidad de todo ministerio”, indicó el Papa, quien agregó que también “era libre respecto al poder: efectivamente, aunque llamó a muchos a seguirlo, nunca obligó a nadie a hacerlo; y jamás buscó el apoyo de los poderosos, sino que estuvo siempre de la parte de los últimos, y enseñó a sus discípulos a hacer lo mismo que Él había hecho”.

“Finalmente, Jesús era libre respecto a la búsqueda de la fama y de la aprobación, y por eso nunca renunció a decir la verdad, aun a costa de no ser comprendido y de hacerse impopular hasta morir en la cruz; y no se dejó intimidar, ni comprar, ni corromper por nada ni por nadie. Jesús era un hombre libre. Libre respecto a las riquezas, libre ante el poder, libre respecto a la búsqueda de la fama. Y esto es importante también para nosotros”, recalcó Francisco, quien advirtió que, “de hecho, si nos dejamos condicionar por la búsqueda del placer, del poder, del dinero o de la aprobación, nos convertimos en esclavos de estas cosas”.

“Si, en cambio, permitimos que el amor gratuito de Dios nos llene y nos ensanche el corazón, y si dejamos que rebose espontáneamente donándolo a los demás, con todo nuestro ser, sin miedos, cálculos o condicionamientos, entonces crecemos en la libertad, y difundimos su buen perfume a nuestro alrededor. Entonces, podemos preguntarnos: ¿Soy una persona libre? ¿O me dijo aprisionar por los mitos del dinero, del poder y del éxito, sacrificándoles mi serenidad, mi paz y las de los demás? ¿Difundo, en los ambientes en los que vivo y trabajo, aire fresco de libertad, de sinceridad, de espontaneidad? Que la Virgen María nos ayude a vivir y a amar como Jesús nos enseñó, en la libertad de los hijos de Dios”, concluyó el Papa.

Foto © Vatican Media

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