El Papa: “Los santos no son héroes inalcanzables sino personas como nosotros. La santidad es un don que se ofrece a todos para tener una vida feliz”

El Papa: “Los santos no son héroes inalcanzables sino personas como nosotros. La santidad es un don que se ofrece a todos para tener una vida feliz”

(Ciudad del Vaticano, 1 Nov. 2023). “Hoy celebramos la solemnidad de Todos los Santos. A la luz de esta fiesta, detengámonos un poco a pensar acerca de la santidad, en particular en dos características de la verdadera santidad: es un don, es un regalo, no se puede comprar, y, al mismo tiempo, es un camino. Un don y un camino”, recalcó el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus.

“En primer lugar, es un don. La santidad es un don de Dios que hemos recibido en el Bautismo: si lo dejamos crecer, puede cambiar completamente nuestra vida. Los santos no son héroes inalcanzables o lejanos, sino que son personas como nosotros, nuestros amigos, cuyo punto de partida es el mismo don que nosotros hemos recibido: el Bautismo. De hecho, si lo pensamos bien, seguro que hemos conocido a algunos de ellos, algún santo cotidiano, alguna persona justa, alguna persona que vive la vida cristiana en serio, con simplicidad, aquellos que a mí me gusta llamar ‘los santos de la puerta de al lado’, que viven con normalidad entre nosotros. La santidad es un don que se ofrece a todos para tener una vida feliz. Y, al fin y al cabo, cuando recibimos un don, ¿cuál es nuestra primera reacción? Precisamente que nos ponemos felices, porque significa que alguien nos ama; y el don de la santidad nos hace felices porque Dios nos ama”, resaltó el Papa, quien precisó que “todo don, sin embargo, debe ser acogido, y conlleva la responsabilidad de dar una respuesta, un ‘gracias’”.

“Pero ¿cómo se dice este ‘gracias’?”, preguntó Francisco, quien explicó que “es una invitación a esforzarse para que no sea desperdiciado”, y recordó que “todos los bautizados hemos recibido la misma llamada a mantener y perfeccionar” con la vida “la santidad que hemos recibido”, y “por eso llegamos al segundo punto: la santidad es un camino, un camino que hay que recorrer juntos, ayudándonos unos a otros, unidos a esos excelentes compañeros de ruta que son los Santos”, que “son nuestros hermanos y nuestras hermanas mayores, con los que siempre podemos contar: los santos nos sostienen y, cuando en la ruta erramos el camino, con su presencia silenciosa nunca dejan de corregirnos; son amigos sinceros, en los que podemos confiar, porque ellos desean nuestro bien”.

“La santidad es un camino, es un don. Entonces, podemos preguntarnos: ¿recuerdo que he recibido el don del Espíritu Santo, que me llama a la santidad y me ayuda a llegar a ella? ¿Le doy las gracias al Espíritu Santo por esto, por el don de la santidad? ¿Siento a los santos cerca de mí, hablo con ellos, me dirijo a ellos? ¿Conozco la historia de algunos de ellos? Nos hace bien conocer la vida de los santos y motivarnos con sus ejemplos. Y nos hace muy bien dirigirnos a ellos en la oración. Que María, Reina de todos los Santos, nos haga sentir la alegría del don recibido y aumente en nosotros el deseo de la meta eterna”, concluyó el Papa, quien después del Angelus, invitó a seguir rezando por los pueblos que sufren las guerras de hoy. “No olvidemos a la atormentada Ucrania, no olvidemos a Palestina, no olvidemos a Israel, y no olvidemos a tantas otras regiones donde la guerra es todavía demasiado fuerte”, pidió Francisco.

Foto © Vatican Media

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