El Papa: “Para el pecador hay siempre esperanza de redención. Para el corrupto es mucho más difícil. Pecadores sí, corruptos no”

El Papa: “Para el pecador hay siempre esperanza de redención. Para el corrupto es mucho más difícil. Pecadores sí, corruptos no”

(Ciudad del Vaticano, 1 Oct. 2023). “Hoy el Evangelio habla de dos hijos, a los que el padre pide ir a trabajar en la viña. Uno de ellos, el primero, responde inmediatamente ‘sí’, y luego no va. El otro, en cambio, dice ‘no’, pero luego se arrepiente y va. ¿Qué se puede decir de estos dos comportamientos? Se puede inmediatamente pensar que ir a trabajar a la viña requiere sacrificio y que sacrificarse cuesta, no es espontáneo, aun con lo hermoso de saberse hijos y herederos. Pero el problema no está aquí tan ligado a la resistencia a ir a trabajar en la viña, sino en la sinceridad o menos frente al padre y frente a sí mismos. Si, de hecho, ninguno de los dos hijos se comporta de manera impecable, el primero miente, mientras que el otro se equivoca, pero permanece sincero”, observó el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus.

“Vemos un hijo, aquel que dice ‘sí’, pero luego no va. No quiere hacer la voluntad del padre, pero tampoco quiere ponerse a discutir y hablar. Así se esconde detrás de un ‘sí’, detrás de un falso asenso, que esconde su pereza y por el momento le salva la cara. Es un hipócrita. Se escabulle sin conflictos, pero engaña y desilusiona a su padre, faltándole el respeto de peor forma de lo que habría hecho con un franco ‘no’”, explicó el Papa, quien advirtió que “el problema de un hombre que se comporta así es que no es solo un pecador, sino también un corrupto, porque miente sin problemas para cubrir y camuflar su desobediencia, sin aceptar algún dialogo”.

“El otro hijo, aquel que dice ‘no’, pero luego va, es en cambio sincero. No es perfecto pero es sincero. Ciertamente, nos hubiera gustado verlo decir ‘sí’ inmediatamente. No es así, pero al menos, manifiesta de manera franca y en un cierto sentido valiente su reticencia. Se asume, por lo tanto, la responsabilidad de su comportamiento y actúa bajo la luz del sol. Luego, con esta honestidad de base, termina poniéndose en discusión, llegando a entender que se ha equivocado y regresando por sus pasos. Es, podremos decir, un pecador, pero no un corrupto”, subrayó Francisco, quien recalcó que “para el pecador hay siempre esperanza de redención”, mientras que “para el corrupto, en cambio, es mucho más difícil”, pues, “de hecho, sus falsos ‘sí’, aparentemente elegantes pero hipócritas y sus ficciones convertidas en habito son como un grueso ‘muro di goma’, detrás del cual se resguarda de la voz de la conciencia”.

“Hermanos y hermanas, pecadores sí, lo somos todos, pero corruptos no”, reiteró el Papa, quien invitó a todos a preguntarse: “¿Cuando me equivoco, estoy dispuesto a arrepentirme y a regresar sobre mis pasos, o hago como si nada y vivo llevando una máscara, preocupándome solo en aparecer como bueno y correcto? En definitiva, ¿soy un pecador, como todos, o hay en mi algo de corrupto?”.

“Que María, espejo de santidad, nos ayude a ser cristianos sinceros”, concluyó Francisco, quien después del Angelus, recordó que octubre es el mes del Rosario e invitó a orar por la paz en la “martirizada Ucrania” y en todas “las tierras heridas por la guerra”, y a orar por el Sínodo de los Obispos, sobre el tema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”, que iniciará el próximo miércoles.

Foto © Vatican Media

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