(Ciudad del Vaticano, 15 Sep. 2023). “En un mundo globalizado pero fragmentado, apresurado y dedicado al consumismo, en contextos en los que las raíces familiares y sociales a veces parecen casi disolverse, no hay necesidad de cristianos que señalen con el dedo, sino que sean testigos apasionados que irradien el Evangelio en la vida a través de la vida”, indicó el Papa Francisco esta mañana en su discurso durante la audiencia a los participantes en el Congreso mundial de los Oblatos Benedictinos.

“La tentación es siempre ésta: pasar de ser ‘cristianos testigos’ a ser ‘cristianos acusadores’. El acusador es uno solo: el diablo. No hagamos el papel del diablo, hagamos el papel de Jesús, estamos en la escuela de Jesús, la de las Bienaventuranzas”, recalcó el Papa, quien destacó que uno de los rasgos de la tradición benedictina es la hospitalidad y, en este sentido, los exhortó a “ser modelos de hospitalidad” con “predilección por los pobres”.

Al respecto, Francisco advirtió acerca de la tentación de encerrarse en uno mismo. Y hoy, “en nuestra cultura, incluso cristiana, uno de los modos de encerrarse es el chismorreo, que ‘ensucia’ a los demás”, señaló el Papa, quien observó que “parece que nuestra sociedad se está sofocando lentamente en las cajas fuertes del egoísmo, del individualismo y de la indiferencia, y el chismorreo nos encierra en esto”.