El Papa: “No me canso de repetir que los chismes son una plaga porque traen división, sufrimiento y escándalo”

El Papa: “No me canso de repetir que los chismes son una plaga porque traen división, sufrimiento y escándalo”

(Ciudad del Vaticano, 10 Sep. 2023). “Hoy el Evangelio nos habla de la corrección fraterna, que es una de las expresiones más grandes del amor, y también una de las más exigentes”, resaltó el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus.

“Por desgracia, lo primero que se suele crear en torno a quien se equivoca son habladurías, en las que todos se enteran del error, con todos los detalles, ¡menos la persona afectada! Esto no está bien, hermanos y hermanas, esto no le agrada a Dios”, recalcó el Papa, quien dijo que no se cansa de repetir que “los chismes son una plaga en la vida de las personas y de las comunidades, porque traen división, sufrimiento y escándalo, y nunca ayudan a mejorar y a crecer”.

“En cambio, Jesús nos enseña a comportarnos de otra manera”, subrayó Francisco, recordando que dice que “si tu hermano comete una falta contra ti, ve y repréndelo entre tú y él a solas”, es decir, “háblale ‘cara a cara’, háblale lealmente, para ayudarlo a entender en qué se equivoca”, y “hazlo por su bien, superando la vergüenza y encontrando el verdadero valor, que no es hablar mal de él a sus espaldas, sino decirle las cosas a la cara con mansedumbre y amabilidad”.

“Podemos preguntarnos: ¿y si no es suficiente?, ¿si no entiende? Entonces hay que buscar ayuda. Pero, ¡cuidado! ¡No la del grupito que chismea!”, advirtió el Papa, quien explicó que “Jesús dice: ‘Toma contigo una o dos personas’, refiriéndose a personas que realmente quieran ayudar a ese hermano o hermana que ha errado”.

“¿Y si sigue sin entender? Entonces, dice Jesús, involucra a la comunidad. Pero también en este caso, seamos claros: no se trata de poner a la persona en la picota” y “avergonzarla públicamente”, sino “de unir los esfuerzos de todos para ayudarla a cambiar. Señalar con el dedo a las personas no es bueno, de hecho, a menudo hace más difícil que quien se ha equivocado reconozca su propio error”, observó Francisco, quien indicó que “más bien, la comunidad debe hacerle sentir a él o a ella que, al tiempo que condena el error, le está cerca con la oración y el afecto” y está dispuesta a “ofrecer el perdón y la comprensión, y a empezar de nuevo”.

“Entonces, preguntémonos: ¿cómo me comporto con los que se equivocan conmigo?, ¿me lo guardo y acumulo resentimiento?” y “¿hablo de ello a sus espaldas?” o “¿intento hablarles?” y “¿rezo por él o ella y pido ayuda para hacer el bien?”, y “nuestras comunidades, ¿se hacen cargo de los que caen, para que puedan volver a levantarse y empezar una nueva vida?, ¿señalan con el dedo o abren sus brazos?”, dijo el Papa, quien concluyó pidiendo “que María, que siguió amando incluso cuando escuchaba a la gente condenar a su Hijo, nos ayude a buscar siempre el camino del bien”.

Foto © Vatican Media

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