El Papa: “¡Cuántos conflictos se podrían evitar y resolver escuchando a los demás con el sincero deseo de comprenderse!”

El Papa: “¡Cuántos conflictos se podrían evitar y resolver escuchando a los demás con el sincero deseo de comprenderse!”

(Ciudad del Vaticano, 2 Jul. 2023). “En el Evangelio de hoy Jesús dice: «El que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta». Tres veces la palabra profeta. Pero, ¿quién es el profeta? Hay quien lo imagina como una especie de mago que predice el futuro; pero esta es una idea supersticiosa y el cristiano no cree en las supersticiones, como la magia, las cartas, los horóscopos o cosas similares”, advirtió el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus.

“Otros pintan al profeta solo como un personaje del pasado, que existió antes de Cristo para preanunciar su llegada. Y, sin embargo, Jesús mismo hoy habla de la necesidad de acoger a los profetas; por lo tanto, existen todavía, pero, ¿quiénes son?”, preguntó el Papa, quien explicó que profeta “es cada uno de nosotros”, pues “de hecho, con el Bautismo todos recibimos el don y la misión de la profecía”.

“Profeta es aquel que, en virtud del Bautismo, ayuda a los demás a leer el presente bajo la acción del Espíritu Santo”, es decir, “a comprender los proyectos de Dios y a corresponderlos”; es aquel “que muestra a los demás a Jesús, que da testimonio de Él, que nos ayuda a vivir el hoy y a construir el mañana según sus planes”, recalcó Francisco, subrayando que, “por lo tanto, todos somos profetas, testigos de Jesús para que la virtud del Evangelio brille en la vida diaria, familiar y social”.

“El profeta es un signo vivo que muestra a Dios a los demás, el profeta es un reflejo de la luz de Cristo en el camino de los hermanos. Y entonces, podemos preguntarnos: Yo, cada uno de nosotros, que fui ‘elegido profeta’ en el Bautismo, ¿hablo y, sobre todo, vivo como testigo de Jesús? ¿Llevo un poco de su luz a la vida de alguien? ¿Me interrogo sobre esto? ¿Me pregunto cómo va mi testimonio, cómo va mi profecía?”, invitó el Pontífice, quien reiteró que “el Señor en el Evangelio pide acoger a los profetas”, e indicó que, “por lo tanto, es importante que nos acojamos unos a otros como tales, como portadores de un mensaje de Dios, cada uno según su estado y su vocación y hacerlo allí donde vivimos, es decir, en la familia, en la parroquia, en las comunidades religiosas, en los demás ámbitos de la Iglesia y de la sociedad”.

“El Espíritu ha distribuido dones de profecía en el Santo Pueblo de Dios: he aquí por qué está bien escuchar a todos. Por ejemplo, cuando hay que tomar una decisión importante”, es bueno “sobre todo rezar, invocar al Espíritu, pero después escuchar y dialogar, en la confianza de que cada uno, incluso el más pequeño, tiene algo importante que decir, un don profético que compartir”, insistió el Papa, quien enfatizó que “así se busca la verdad y se difunde un clima de escucha de Dios y de los hermanos, en el que las personas no se sienten acogidas solo si dicen ‘lo que me gusta a mí’, sino que se sienten aceptadas y valoradas como dones por lo que son”.

“¡Pensemos en cuántos conflictos se podrían evitar y resolver así, poniéndose en escucha de los demás con el sincero deseo de comprenderse! Preguntémonos entonces: ¿Yo sé acoger a los hermanos y a las hermanas como dones proféticos? ¿Creo que los necesito? ¿Los escucho con respeto, con el deseo de aprender? Porque cada uno de nosotros necesita aprender de los demás”, reiteró Francisco, quien concluyó pidiendo que “María, Reina de los Profetas, nos ayude a ver y a acoger el bien que el Espíritu ha sembrado en los demás”.

Foto © Vatican Media

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