El Papa: “¿Testimoniamos a Jesús o difundimos críticas y sospechas? ¿Somos libres frente a los prejuicios o nos asociamos a los que difunden negatividad y chismes?”

El Papa: “¿Testimoniamos a Jesús o difundimos críticas y sospechas? ¿Somos libres frente a los prejuicios o nos asociamos a los que difunden negatividad y chismes?”

(Ciudad del Vaticano, 19 Mar. 2023). “Hoy el Evangelio nos muestra a Jesús que devuelve la vista a un hombre ciego de nacimiento. Pero este prodigio no es bien recibido por varias personas y grupos”, recordó el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus.

“En todas estas reacciones emergen corazones cerrados frente al signo de Jesús, por varios motivos: porque buscan un culpable, porque no saben sorprenderse, porque no quieren cambiar, porque están bloqueados por el miedo. Y muchas situaciones se parecen hoy a esta. Delante de algo que es precisamente un mensaje de testimonio de una persona, es un mensaje de Jesús, nosotros caemos en esto: buscamos otra explicación, no queremos cambiar, buscamos una salida más elegante que aceptar la verdad”, observó el Papa, quien resaltó que “el único que reacciona bien es el ciego: él, feliz de ver, testimonia lo que le ha sucedido de la forma más sencilla: «Era ciego y ahora veo»”.

“Dice la verdad. Primero se veía obligado a pedir limosna para vivir y sufría los prejuicios de la gente: ‘es pobre y ciego de nacimiento, debe sufrir, debe pagar por sus pecados o por los de sus antepasados’. Ahora, libre en el cuerpo y en el espíritu, da testimonio de Jesús, no inventa nada y no esconde nada: ‘Era ciego y ahora veo’. No tiene miedo de lo que dirán los otros: el sabor amargo de la marginación ya lo ha conocido durante toda la vida, ya ha sentido sobre él la indiferencia, el desprecio de los transeúntes, de quien lo consideraba como un descarte de la sociedad, útil a lo sumo para la piedad de alguna limosna. Ahora, curado, ya no teme esas actitudes de desprecio, porque Jesús le ha dado plena dignidad”, explicó Francisco, quien recalcó que “cuando Jesús nos sana, nos devuelve la dignidad, la dignidad de la sanación de Jesús, plena, una dignidad que sale del fondo del corazón, que toma toda la vida”.

“Hermanos, hermanas, con todos estos personajes, el Evangelio de hoy nos pone también a nosotros en medio de la escena”, indicó el Pontífice, quien invitó a todos a preguntarse: “¿qué posición tomamos?, ¿qué hubiéramos dicho entonces?” y, “sobre todo, ¿qué hacemos hoy?, como el ciego, ¿sabemos ver el bien y ser agradecidos por los dones que recibimos?”, “¿testimoniamos a Jesús o difundimos críticas y sospechas?”, “¿somos libres frente a los prejuicios o nos asociamos a los que difunden negatividad y chismes?”, “¿estamos felices de decir que Jesús nos ama, que nos salva o, como los padres del ciego de nacimiento, nos dejamos enjaular por temor a lo que pensará la gente?”, y “también, ¿cómo acogemos las dificultades y la indiferencia de los demás?, ¿cómo acogemos a las personas que tienen tantas limitaciones en la vida, ya sean físicas, como este ciego, o sociales, como los mendigos que encontramos por la calle?, ¿y esto lo acogemos como una maldición o como ocasión para hacernos cercanos a ellos con amor?”.

“Hermanos y hermanas, pidamos hoy la gracia de sorprendernos cada día por los dones de Dios y de ver las diferentes circunstancias de la vida, también las más difíciles de aceptar, como ocasiones para obrar el bien, como hizo Jesús con el ciego. Que la Virgen nos ayude en esto, junto a San José, hombre justo y fiel”, concluyó el Papa, quien después de rezar la oración mariana, felicitó a todos los padres en el Día del Padre. “Que en San José encuentren el modelo, el apoyo, el consuelo para vivir bien su paternidad. Y todos juntos, por los padres, recemos al Padre”, pidió Francisco, invitando a los fieles a rezar un Padre Nuestro.

Foto © Vatican Media

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