El Papa Francisco: “Nuestro mundo está sediento de paz, de este bien indivisible que requiere el esfuerzo y la contribución constante de todos”

El Papa Francisco: “Nuestro mundo está sediento de paz, de este bien indivisible que requiere el esfuerzo y la contribución constante de todos”

(Ciudad del Vaticano, 22 Mar. 2022). “El agua debe convertirse en un símbolo de acogida y bendición, un motivo de encuentro y colaboración que aumente la confianza mutua y la fraternidad”, indica el Papa Francisco en un mensaje, a firma del cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, dirigido a los participantes en el IX Foro Mundial del Agua, que se realiza esta semana en Dakar, Senegal, sobre el tema “Seguridad del agua para la paz y el desarrollo”, informa Vatican News, destacando que el Pontífice advierte sobre la amenaza que se cierne sobre los recursos hídricos por factores como la contaminación, los conflictos, el cambio climático y el abuso de los recursos naturales, pero, sobre todo, como un bien precioso para la paz.

“Nuestro mundo está sediento de paz, de este bien indivisible que requiere el esfuerzo y la contribución constante de todos y que se basa, en particular, en la satisfacción de las necesidades esenciales y vitales de cada ser humano”, subraya el Papa, quien recalca que el agua “no puede considerarse simplemente como un bien privado, que genera beneficios mercantiles y está sujeto a las leyes del mercado”.

“El mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, pero también con todos aquellos para los que las fuentes tradicionales de agua potable han sido contaminadas hasta el punto de ser inseguras, destruidas por las armas y convertidas en inutilizables, o secadas como resultado de una mala gestión de los bosques”, denuncia Francisco, quien recuerda que “el agua es un don de Dios y un patrimonio común que debe ser utilizado universalmente por cada generación”.

“En el origen de lo que llamamos naturaleza en su sentido cósmico, hay un plan de amor y de verdad” y “el mundo no es fruto de ninguna necesidad, destino ciego o casualidad”, por lo que “gestionar el agua de forma sostenible y con instituciones solidarias eficaces no es sólo una contribución a la paz”, sino “también una forma de reconocer este don de la creación que se nos ha confiado para que juntos podamos cuidarlo”, concluye el Papa.

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