El Papa: “el Adviento es un tiempo de gracia para quitarnos nuestras máscaras y purificarnos del sentido de superioridad, del formalismo y de la hipocresía”

El Papa: “el Adviento es un tiempo de gracia para quitarnos nuestras máscaras y purificarnos del sentido de superioridad, del formalismo y de la hipocresía”

(Ciudad del Vaticano, 4 Dic. 2022). “Hoy, segundo domingo de Adviento, el Evangelio de la Liturgia nos presenta la figura de Juan Bautista. El texto dice que «llevaba un vestido de piel de camello», que «se alimentaba de saltamontes y miel silvestre» y que invitaba a todos a la conversión, y decía así: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos»”, en suma, “un hombre austero y radical, que a primera vista puede parecernos incluso duro y que infunde algo de temor”, pero “en realidad, el Bautista, más que un hombre duro es un hombre alérgico a la falsedad”, explicó el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus.

“Por ejemplo, cuando se acercan a él los fariseos y los saduceos, conocidos por su hipocresía, su ‘reacción alérgica’ es muy fuerte”, recordó el Papa, quien advirtió que “la hipocresía es el peligro más grave, porque puede arruinar también las realidades más sagradas”, y “por eso el Bautista, como después también Jesús, es duro con los hipócritas”.

“Queridos hermanos y hermanas, Juan, con sus ‘reacciones alérgicas’, nos hace reflexionar. ¿No somos también nosotros, a veces, un poco como aquellos fariseos? Tal vez miramos a los demás por encima del hombro, pensando que somos mejores que ellos, que tenemos las riendas de nuestra vida, que no necesitamos cada día a Dios, a la Iglesia, a los hermanos”, observó Francisco, quien indicó que “el Adviento es un tiempo de gracia para quitarnos nuestras máscaras” y “ponernos en fila con los humildes; para liberarnos de la presunción de creernos autosuficientes, para ir a confesar nuestros pecados” y “acoger el perdón de Dios, para pedir perdón a quien hemos ofendido”.

“Así comienza una nueva vida. Y la vía es una sola, la de la humildad: purificarnos del sentido de superioridad, del formalismo y de la hipocresía, para ver en los demás a hermanos y a hermanas, pecadores como nosotros, y en Jesús el Salvador que viene para nosotros”, así “como somos, con nuestras pobrezas, miserias y defectos, sobre todo con nuestra necesidad de ser levantados, perdonados y salvados”, recalcó el Pontífice, quien invitó a recordar que “con Jesús la posibilidad de volver a comenzar siempre existe” y que “Él nos espera y no se cansa nunca de nosotros”.

“Escuchemos el llamado de Juan Bautista a volver a Dios y no dejemos pasar este Adviento como los días del calendario, porque este es un tiempo de gracia para nosotros, de gracia también para nosotros, ahora, aquí. Que María, la humilde sierva del Señor nos ayude a encontrarlo a Él y a los hermanos en la vía de la humildad”, pidió el Papa.

Foto © Vatican Media

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