(Ciudad del Vaticano, 18 Nov. 2022). “Es absurdo. Y provoca particular rabia y tristeza saber que detrás de todas estas tragedias están el ansia de poder y el comercio de armas”, dice el Papa Francisco en una entrevista publicada hoy por el diario italiano “La Stampa”, respondiendo a una pregunta sobre la “tercera guerra mundial”, como él mismo la ha definido.

“Me dijeron que si no se fabricaran y vendieran armas durante un año, se acabaría con el hambre en el mundo. En cambio, siempre prevalece la vocación destructiva, que desemboca en las guerras. Cuando los imperios se debilitan, buscan hacer la guerra para sentirse fuertes y también para vender armas. En un siglo, ¡tres guerras mundiales! ¡Y no aprendemos!”, insiste Francisco, quien reitera el compromiso para mediar y poner fin al conflicto en Ucrania.

“Estamos continuamente atentos a la evolución de la situación”, asegura el Papa, respondiendo a una pregunta sobre posibles novedades diplomáticas entre el Vaticano y Rusia. “Como dije en el avión de regreso de Baréin, la Secretaría de Estado trabaja y trabaja bien, todos los días, y está evaluando cualquier hipótesis y valorando cualquier atisbo que pueda conducir a un verdadero alto al fuego y a verdaderas negociaciones. Entre tanto, estamos comprometidos con el apoyo humanitario a la martirizada Ucrania, que llevo en mi corazón junto con su sufrimiento”, agrega el Pontífice.

“Como confirmamos desde hace meses, y como lo ha declarado varias veces el Cardenal Secretario de Estado Parolin, la Santa Sede está dispuesta a hacer todo lo posible para mediar y poner fin al conflicto en Ucrania”, recuerda Francisco, quien expresa su esperanza en una reconciliación entre Moscú y Kiev. “Sí, tengo esperanza. No nos resignemos, la paz es posible. Pero es necesario que todos se empeñen en desmilitarizar los corazones, empezando por el propio, y luego desactivar, desarmar la violencia. Todos debemos ser pacifistas. Querer la paz, no sólo una tregua que tal vez sólo sirva para rearmarse. La verdadera paz, que es fruto del diálogo”, y “no se consigue con las armas, porque no derrotan el odio y la sed de dominación, que así volverán a surgir, quizá de otras maneras, pero volverán a surgir”, advierte el Papa.