El Papa a los Rectores y Formadores de Seminarios: “Su misión no es formar ‘súper hombres’ que pretendan saber y controlar todo y ser autosuficientes”

El Papa a los Rectores y Formadores de Seminarios: “Su misión no es formar ‘súper hombres’ que pretendan saber y controlar todo y ser autosuficientes”

(Ciudad del Vaticano, 10 Nov. 2022). “Es necesario estar atentos, ya que su misión no es formar ‘súper hombres’ que pretendan saber y controlar todo y ser autosuficientes, sino lo contrario, es formar hombres que con humildad sigan el proceso elegido por el Hijo de Dios”, les dijo el Papa Francisco a los participantes en el Curso para Rectores y Formadores de Seminarios Latinoamericanos, venidos de casi todos los países del continente y del Caribe, a quienes recibió en audiencia esta mañana.

“En virtud de la Encarnación del Hijo de Dios encontramos en nuestro Maestro, Dios y hombre verdadero, no sólo ejemplos de humanidad renovada a imitar, sino también la posibilidad de entrar en comunión vital con Él, desde la cual nuestra existencia es sanada y elevada a una humanidad nueva. El Señor hace posible que lo imitemos y sigamos sus huellas, porque nos comunica el don de su gracia, que es capaz de transformar todo lo que somos: ‘alma, cuerpo y espíritu’, según su plan de plenitud para cada uno de nosotros. La dimensión humana de la formación sacerdotal, por tanto, no es una mera escuela de virtudes, de crecimiento de la propia personalidad o de desarrollo personal”, sino que “implica, principalmente, una maduración integral de la persona potenciada por la gracia de Dios que, aun suponiendo los condicionamientos biológicos, psicológicos y sociales de cada uno, es capaz de transformarlos y elevarlos”, indicó Francisco, quien recalcó que “en este sentido, una de las tareas más relevantes en el proceso formativo de un sacerdote es la gradual lectura creyente de la propia historia”.

“Uno de los indicadores de maduración humana y espiritual es el desarrollo y la consolidación de la capacidad de escucha y del arte del diálogo, que naturalmente están anclados en una vida de oración, donde el sacerdote cotidianamente entra en diálogo con el Señor, incluso en momentos de aridez o de confusión”, observó el Papa, quien subrayó que “para el servicio que un presbítero presta a sus hermanas y hermanos, en particular para la labor de un formador, la disposición a escuchar y a empatizar con los demás más que un instrumento de evangelización, es precisamente el ambiente donde esta germina, florece y da frutos”.

“Queridos formadores, vuelvo a expresarles la gratitud de la Iglesia por dedicar su vida y ministerio a los futuros pastores, que serán sus hermanos en el Presbiterio y que, unidos y bajo la guía del Obispo, tirarán las redes del Evangelio como auténticos pescadores de hombres. Que María Santísima, Madre de los sacerdotes, los anime y cuide en su misión”, les dijo el Pontífice.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *