El Papa en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Alimentación: “Que las intervenciones sean planificadas y programadas. Erradicar totalmente el hambre y la malnutrición”
(Ciudad del Vaticano, 14 Oct. 2022). La FAO “nació con el fin de dar respuestas a las necesidades de tantas personas agobiadas por la indigencia y el hambre en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. También hoy, lamentablemente, vivimos en un contexto bélico, que podríamos denominar una ‘tercera guerra mundial’. El mundo está en guerra, y esto debe hacernos reflexionar”, observa el Papa Francisco en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Alimentación 2022.
“El tema de la Jornada de este año es: ‘No dejar a nadie atrás. Mejor producción, mejor nutrición, mejor medio ambiente y una vida mejor para todos’. Ciertamente, no será posible hacer frente a las numerosas crisis que afectan a la humanidad si no trabajamos y caminamos juntos, sin dejar que nadie quede atrás. Para eso es necesario, ante todo, que veamos a los demás como nuestros hermanos y hermanas, como miembros que integran nuestra misma familia humana, y cuyos sufrimientos y necesidades nos afectan a todos, porque ‘si un miembro sufre, todos los demás sufren con él’”, indica Francisco, quien resalta “la necesidad de que las intervenciones sean planificadas y programadas para que contribuyan a erradicar totalmente el hambre y la malnutrición, y no sean simplemente la respuesta a carencias circunstanciales o llamamientos lanzados con motivo de emergencias”.
“Para lograr soluciones justas y duraderas es preciso reiterar la urgencia de abordar juntos y a todos los niveles el problema de la pobreza, estrechamente vinculada a la falta de alimentación adecuada. Sin embargo, los objetivos que se plantean son ambiciosos y parecen ser inalcanzables. ¿Cómo podríamos conseguirlos? Ante todo, no perdiendo de vista que el eje de toda estrategia son las personas, con historias y rostros concretos, que habitan en un lugar determinado; no son números, datos o estadísticas interminables. También introduciendo ‘la categoría del amor’ en el lenguaje de la cooperación internacional, para revestir las relaciones internacionales de humanidad y de solidaridad, persiguiendo el bien común. Por lo tanto, estamos llamados a reorientar nuestra mirada hacia lo esencial, hacia lo que nos ha sido dado gratuitamente, focalizando nuestra labor en el cuidado de los otros y de la creación”, insiste el Papa, quien renueva una vez más “el compromiso de la Santa Sede y la Iglesia católica de caminar junto a la FAO y a otras organizaciones intergubernamentales que trabajan en favor de los pobres, poniendo por delante la fraternidad, la concordia y la mutua colaboración, para descubrir horizontes que aporten al mundo un beneficio genuino, no sólo para el hoy, sino también para las generaciones venideras”.