El Papa: “Ante el peligro de guerra nuclear elegir la vía de la paz como hace sesenta años”

El Papa: “Ante el peligro de guerra nuclear elegir la vía de la paz como hace sesenta años”

(Ciudad del Vaticano, 9 Oct. 2022). “Comprobemos si en nuestra vida, en nuestras familias, en los lugares donde trabajamos y que frecuentamos cada día, somos capaces de caminar junto a los demás, somos capaces de escuchar, de vencer la tentación de atrincherarnos en nuestra autorreferencialidad y de pensar sólo en nuestras propias necesidades”, invitó el Papa Francisco durante la Santa Misa que presidió esta mañana en la Plaza de San Pedro, en la que canonizó a los beatos Giovanni Battista Scalabrini y Artemide Zatti, centrando su homilía en “dos aspectos que el Evangelio de hoy nos sugiere: caminar juntos y agradecer”.

“La gratitud, el saber decir ‘gracias’, nos lleva en cambio a atestiguar la presencia de Dios-amor. Y también a reconocer la importancia de los demás, superando la insatisfacción y la indiferencia que deforman nuestro corazón. Saber dar las gracias es esencial. Todos los días, dar gracias al Señor, aprender a darnos las gracias entre nosotros: en la familia, por esas pequeñas cosas que recibimos a veces sin ni siquiera preguntarnos de dónde vienen; en los lugares que frecuentamos cada día, por los muchos servicios que disfrutamos y por las personas que nos apoyan; en nuestras comunidades cristianas, por el amor de Dios que experimentamos a través de la cercanía de los hermanos y hermanas que muchas veces en silencio rezan, ofrecen, sufren, caminan con nosotros. Por favor, no olvidemos nunca esta palabra clave: ¡Gracias! No nos olvidemos de escuchar y decir ‘gracias’”, insistió Francisco, quien resaltó que “los dos santos canonizados hoy nos recuerdan la importancia de caminar juntos y de saber dar las gracias”.

“El obispo Scalabrini, que fundó dos Congregaciones para el cuidado de los migrantes, una masculina y una femenina, afirmaba que en el caminar común de los que emigran no había que ver sólo problemas, sino también un designio de la Providencia: ‘Precisamente gracias a las migraciones forzadas por las persecuciones ―decía― la Iglesia cruzó las fronteras de Jerusalén y de Israel y se hizo ‘católica’; gracias a las migraciones de hoy la Iglesia será un instrumento de paz y comunión entre los pueblos’. Hay una migración en este momento, aquí en Europa, que nos hace sufrir tanto y nos mueve a abrir el corazón. La migración de los ucranianos que huyen de la guerra. No nos olvidemos hoy de la Ucrania martirizada. Scalabrini miraba más allá, miraba hacia el futuro, hacia un mundo y una Iglesia sin barreras, sin extranjeros. Por su parte, el hermano salesiano Artemide Zatti, con su bicicleta, fue un ejemplo vivo de gratitud. Curado de la tuberculosis, dedicó toda su vida a saciar las necesidades de los demás, a cuidar a los enfermos con amor y ternura. Se dice que lo vieron cargarse sobre la espalda el cadáver de uno de sus pacientes. Lleno de gratitud por lo que había recibido, quiso manifestar su acción de gracias asumiendo las heridas de los demás. Dos ejemplos. Recemos para que estos santos hermanos nuestros nos ayuden a caminar juntos, sin muros de división; y a cultivar esa nobleza de espíritu tan agradable a Dios que es la gratitud”, pidió el Papa, quien al término de la Santa Misa y antes de rezar el Angelus con los fieles y peregrinos presentes en la celebración, recordó que el 60º aniversario del inicio del Concilio Vaticano II se cumple pasado mañana.

“A propósito del inicio del Concilio, hace 60 años, no podemos olvidar el peligro de guerra nuclear que en aquel entonces amenazaba al mundo. ¿Por qué no aprender de la historia? También en aquella época había conflictos y grandes tensiones, pero se eligió la vía pacífica”, recalcó el Pontífice.

Foto © Vatican Media

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