El Papa recuerda que entre fe y razón hay una armonía natural: “Cuando caminan de la mano son capaces de potenciar la cultura del ser humano, impregnar de sentido el mundo y construir sociedades más humanas”

El Papa recuerda que entre fe y razón hay una armonía natural: “Cuando caminan de la mano son capaces de potenciar la cultura del ser humano, impregnar de sentido el mundo y construir sociedades más humanas”

(Ciudad del Vaticano, 30 Sep. 2022). “Santo Tomás fue capaz de mostrar que entre fe y razón hay una armonía natural. Al darnos cuenta de esta riqueza, que es esencial para superar fundamentalismos, fanatismos e ideologías, se abre un camino amplio para hacer llegar a las diversas culturas el mensaje de la Buena Nueva siempre con propuestas que son compatibles con la inteligencia del ser humano y respetuosas de la identidad de cada pueblo”, indicó el Papa Francisco en su discurso a los miembros de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino, a quienes recibió hoy en audiencia.

“Otro testimonio que nos ha dejado santo Tomás fue su profunda relación con Dios, que se manifiesta, por ejemplo, en la adoración a Jesús en su presencia real en la Eucaristía. Sabemos que él fue el autor de hermosos himnos eucarísticos usados hasta el día de hoy en la Liturgia de la Iglesia. Su espiritualidad le ayudaba a descubrir el misterio de Dios, mientras que sus talentos hacían posible que lo plasmara por escrito. Esto es un dato importante: para desentrañar la presencia del Señor en el mundo, en los acontecimientos, es necesario orar, tener el corazón unido al de Jesús en el sagrario. Así nuestro espíritu se alimenta, se fortalece, las potencias humanas, como la inteligencia, se perfeccionan, y somos capaces de ver de un modo trascendente cada situación, incluso aquellas que ante la lógica humana solamente pueden presentar un panorama desalentador. Precisamente, la fe y la razón, cuando caminan de la mano, son capaces de potenciar la cultura del ser humano, impregnar de sentido el mundo, y construir sociedades más humanas, más fraternas, y por consecuencia, más llenas de Dios”, resaltó Francisco, quien recordó que en su Exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” comentaba que “hay nuevas culturas en el mundo en las que el cristiano «ya no suele ser promotor o generador de sentido, sino que recibe de ellas otros lenguajes, símbolos, mensajes y paradigmas que ofrecen nuevas orientaciones de vida, frecuentemente en contraste con el Evangelio de Jesús»”.

“El reto evangelizador que comparten como asociación, sobre todo en el ámbito de las ciudades plurales, multiculturales y multirreligiosas, implica de su parte una gran humildad para saber aproximarse a todos sin hacer exclusiones, incluso a los que no comparten nuestra fe o nuestros valores. Y ahí, entrar en diálogo con las personas, con sus sueños, sus historias, sus heridas y sus fatigas, pues todo lo que es humano es digno de ser abrazado por el amor y la misericordia de Dios”, recalcó el Papa, quien les dijo que “en la vivencia de su carisma, que realizan concretamente por medio de la educación, es importante que recuerden que enseñar es justamente una de las obras de misericordia espirituales”, pues “la educación ofrece un sentido, una narrativa a cada elemento de la vida del ser humano”, y “no se agota en compartir conocimientos o en desarrollar habilidades, sino que, como lo manifiesta su etimología, ayuda a sacar lo mejor de cada persona, a pulir el diamante que el Señor ha puesto en cada uno”.

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