(Ciudad del Vaticano, 12 Sep. 2022). “La pandemia ha puesto a prueba muchas actividades productivas, todo el sistema económico ha quedado herido. Y ahora se suma la guerra en Ucrania con la consiguiente crisis energética. En estas crisis, también sufre el buen empresario, que es responsable de su empresa, de los puestos de trabajo, que siente las incertidumbres y los riesgos sobre sí mismo”, observó el Papa Francisco hoy durante la audiencia a los empresarios italianos de Confindustria, en la que recordó el ejemplo de Adriano Olivetti y de Alberto Balocco, quien falleció el mes pasado fulminado por un rayo mientras paseaba en bicicleta.

“En el mercado hay empresarios ‘mercenarios’ y empresarios semejantes al buen pastor, que padecen los mismos sufrimientos de sus trabajadores, que no huyen ante los numerosos lobos que los rodean”, resaltó Francisco, quien subrayó que “la gente sabe reconocer a los buenos empresarios”, como se vio recientemente “con la muerte de Alberto Balocco”, ante la cual “toda la comunidad empresarial y cívica se afligió y mostró su estima y gratitud”.

En su discurso, el Papa también habló de los impuestos. “El ‘pacto fiscal’ es el corazón del pacto social. Los impuestos son también una forma de compartir la riqueza, para que se convierta en bienes comunes, en bienes públicos: escuelas, sanidad, derechos, cuidados, ciencia, cultura, patrimonio”, indicó el Pontífice, precisando que “los impuestos deben ser justos, equitativos y establecidos con base en la capacidad de pago de cada uno, como dice la Constitución italiana”.

“El sistema fiscal y la administración deben ser eficientes y no corruptos. Pero los impuestos no deben verse como una usurpación. Son una forma elevada de compartir bienes, son el corazón del pacto social”, insistió Francisco, quien también exhortó a los empresarios a crear empleo para los jóvenes, a apoyar a las familias y la natalidad y a no despedir a las mujeres embarazadas, y volvió a denunciar que la explotación de los inmigrantes es una injusticia.