El Papa: “Jesús va más allá de las apariencias, mira en el interior de cada uno de nosotros y nos ama tal como somos realmente”
(Ciudad del Vaticano, 9 Abr. 2025). “Hoy nos detenemos en otro de los encuentros de Jesús narrados en los Evangelios. Esta vez, sin embargo, la persona encontrada no tiene nombre. El evangelista Marcos la presenta simplemente como «un hombre». Se trata de un hombre que desde joven ha observado los mandamientos, pero que, a pesar de ello, aún no ha encontrado el sentido de su vida. Lo está buscando. Quizá es alguien que no se ha decidido del todo, a pesar de parecer una persona comprometida”, observa el Papa Francisco en la catequesis que preparó para la audiencia general de este miércoles, en la que subraya que, “como siempre, Jesús va más allá de las apariencias”, y “si por un lado este hombre pone ante Jesús su buen currículum, Jesús va más allá y mira en su interior”.
“El verbo que usa Marcos es muy significativo: «lo miró con amor». Precisamente porque Jesús mira en el interior de cada uno de nosotros, nos ama tal como somos realmente. ¿Qué habrá visto, de hecho, en el interior de esta persona? ¿Qué ve Jesús cuando mira en nuestro interior y nos ama, a pesar de nuestras distracciones y nuestros pecados? Ve nuestra fragilidad, pero también nuestro deseo de ser amados tal como somos”, explica el Papa, quien recuerda que “la propuesta que Jesús le hace a este hombre es cambiar su forma de vivir y de relacionarse con Dios”.
“Jesús reconoce que, dentro de él, como en todos nosotros, hay algo que falta. Es el deseo que llevamos en el corazón de ser queridos. Hay una herida que nos pertenece como seres humanos, la herida a través de la cual puede pasar el amor”, y “para llenar este vacío no hay que «comprar» reconocimiento, afecto, consideración; en cambio, hay que «vender» todo lo que nos pesa, para liberar nuestro corazón”, indica Francisco, quien recalca que “no sirve de nada seguir quedándonos con las cosas, sino más bien dar a los pobres, poner a disposición, compartir”.
“Este hombre no acoge la invitación de Jesús y se queda solo, porque los lastres de su vida lo retienen en el puerto. La tristeza es la señal de que no ha logrado partir. A veces pensamos que son riquezas y, en cambio, son solo pesos que nos están bloqueando. La esperanza es que esta persona, como cada uno de nosotros, tarde o temprano pueda cambiar y decidir ir mar adentro. Hermanas y hermanos, encomendemos al Corazón de Jesús a todas las personas tristes e indecisas, para que puedan sentir la mirada de amor del Señor, que se conmueve al mirar con ternura dentro de nosotros”, concluye el Papa.