El Papa: “¡He aquí un hermoso objetivo para el año jubilar! Convertirnos en portadores de la llama del Espíritu”
(Ciudad del Vaticano, 30 Oct. 2024). “La acción santificadora del Espíritu Santo nos llega ante todo a través de dos canales: la Palabra de Dios y los Sacramentos. Y entre todos los Sacramentos, hay uno que es, por antonomasia, el Sacramento del Espíritu Santo, y es en el que quisiera detenerme hoy. Se trata de la Crismación o Confirmación”, explicó el Papa Francisco durante la audiencia general de esta mañana.
“Si el bautismo es el sacramento del nacimiento, la confirmación es el sacramento del crecimiento. Por eso es también el sacramento del testimonio, porque éste está estrechamente ligado a la madurez de la existencia cristiana”, recalcó el Papa, quien observó que “el problema es cómo conseguir que el Sacramento de la Confirmación no se reduzca, en la práctica, a una ‘extremaunción’, es decir, al sacramento de la ‘salida’ de la Iglesia”, recordando que “se dice que es el ‘sacramento de la despedida’, porque una vez que los jóvenes lo hacen se van, y luego regresan para el matrimonio”.
“Debemos hacer que sea el sacramento del inicio de una participación activa en la vida de la Iglesia”, indicó Francisco, quien agregó que “es un objetivo que puede parecernos imposible, dada la situación actual en casi toda la Iglesia, pero eso no significa que debamos dejar de perseguirlo”.
“¡He aquí un hermoso objetivo para el año jubilar! Quitarnos las cenizas de la costumbre y del desinterés, para convertirnos, como los portadores de la antorcha en las Olimpiadas, en portadores de la llama del Espíritu. ¡Que el Espíritu nos ayude a dar algunos pasos en esta dirección!”, concluyó el Papa.