El Papa: “Decirle al prójimo ‘yo estoy contigo’ con la cercanía concreta. Llorar con los que lloran y alegrarse con los que se alegran, sin juicios, prejuicios, cerrazones ni exclusiones”

El Papa: “Decirle al prójimo ‘yo estoy contigo’ con la cercanía concreta. Llorar con los que lloran y alegrarse con los que se alegran, sin juicios, prejuicios, cerrazones ni exclusiones”

(Ciudad del Vaticano, 31 Jul. 2024). “Me impacta el tema de su peregrinación: ‘Contigo’”, les dijo el Papa Francisco a los más de 50 mil monaguillos provenientes de 88 diócesis de 20 países del mundo participantes en la XIII peregrinación del Coetus Internationalis Ministrantium, que ayer en la tarde colmaron la Plaza de San Pedro.

“Es una expresión que abarca el misterio de nuestra propia vida, el misterio del amor”, resaltó el Papa, quien les dijo que su experiencia de servicio en la Liturgia le hace pensar que “el primer sujeto, el protagonista de este ‘contigo’ es Dios”, recordando que “Jesús dijo: ‘Donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos’”.

“Esto se cumple en grado supremo en la Misa, en la Eucaristía: allí el ‘contigo’ se vuelve presencia real, presencia concreta de Dios en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El sacerdote ve realizarse cada día este misterio entre sus manos; y también lo ven ustedes cuando sirven en el altar. Y cuando recibimos la sagrada Comunión podemos experimentar que Jesús está ‘con nosotros’ espiritual y físicamente. Él te dice: ‘Yo estoy contigo’, pero no con palabras, lo dice en ese gesto, en ese acto de amor que es la Eucaristía. Y también tú, en la Comunión, puedes decir al Señor Jesús: ‘Yo estoy contigo’, no con palabras, sino con tu corazón y con tu cuerpo, con tu amor. Precisamente gracias a que Él está con nosotros, también nosotros podemos estar verdaderamente con Él”, subrayó Francisco, quien recalcó que en esto “está el punto clave”.

“Espero saber explicarme: el ‘contigo’ que podemos dar a los demás. Así se puede realizar su mandamiento: ‘Ámense como yo los he amado’. Si tú, monaguillo, conservas en tu corazón y en tu carne, como María, el misterio de Dios que está contigo, entonces serás capaz de estar con los demás de una manera nueva. También tú, gracias a Jesús, siempre y sólo gracias a Él, también tú puedes decirle al prójimo ‘yo estoy contigo’, pero no con palabras, sino con las obras, con los gestos, con el corazón, con la cercanía concreta. No olviden la cercanía concreta. Llorar con los que lloran, alegrarse con los que se alegran, sin juicios, sin prejuicios, sin cerrazones, sin exclusiones. También contigo, que no me resultas simpático; contigo, que eres diferente a mí; contigo, que eres extranjero; contigo, aunque sienta que no me comprendes; contigo, que nunca vas a la Iglesia; contigo, que dices que no crees en Dios”, indicó el Papa, quien observó: “Qué gran misterio hay en esta palabra: contigo”.

“Gracias a quien la eligió, y sobre todo gracias a ustedes por haber venido hasta aquí, como peregrinos, a compartir la alegría de pertenecer a Jesús, de ser servidores de su Amor, servidores de su Corazón herido que sana nuestras heridas, que nos salva de la muerte, que nos da la vida eterna. ¡Gracias, queridos jóvenes amigos! ¡Y buen camino con Jesús! ¡Gracias, muchas gracias!”, concluyó Francisco.

Foto © Vatican Media

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