El Papa: “En una sociedad a menudo prisionera de la prisa, ¡estemos atentos a la dictadura del hacer!”

El Papa: “En una sociedad a menudo prisionera de la prisa, ¡estemos atentos a la dictadura del hacer!”

(Ciudad del Vaticano, 21 Jul. 2024). “El Evangelio de la liturgia de hoy narra que los apóstoles, regresando de la misión, se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho; entonces Él les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco». La gente entiende sus movimientos y, al desembarcar, Jesús ve una gran muchedumbre que lo espera y se compadece de ella, y les enseña. Por tanto, por un lado, la invitación a descansar y, por el otro, la compasión de Jesús por la muchedumbre”, explicó el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus, resaltando que “parecen dos cosas inconciliables”, pero, “en cambio, van juntas: descanso y compasión”.

“Jesús se preocupa por el cansancio de los discípulos. Quizás está intuyendo un peligro que puede incumbir también en nuestra vida y nuestro apostolado”, cuando, por ejemplo, “el papel y las tareas que nos son confiadas nos hacen víctimas del activismo”, y “muy preocupados por las cosas que hacer” y “por los resultados”, y “entonces ocurre que nos agitamos y perdemos de vista lo esencial, arriesgando acabar con nuestras energías y caer en el cansancio del cuerpo y del espíritu. Es una advertencia importante para nuestra vida, para nuestra sociedad a menudo prisionera de la prisa, pero también para la Iglesia y para el servicio pastoral. Hermanos y hermanas, ¡estemos atentos a la dictadura del hacer!”, enfatizó el Papa, quien subrayó que, “al mismo tiempo, el descanso propuesto por Jesús no es una fuga del mundo, no es un retirarse en el bienestar personal; por el contrario, frente a la gente confundida, Él siente compasión”.

“Y entonces del Evangelio aprendemos que estas dos realidades, descanso y compasión, están ligadas: solo si aprendemos a descansar podemos tener compasión. De hecho, es posible tener una mirada de compasión, que sabe reconocer las necesidades del prójimo, solamente si nuestro corazón no está consumado por el ansia del hacer, si sabemos detenernos y, en el silencio de la adoración, recibir la Gracia de Dios. Por tanto, queridos hermanos y hermanas, podemos preguntarnos: ¿Se detenerme durante mis jornadas? ¿Se tomarme un momento para estar conmigo mismo y estar con el Señor, o estoy siempre sumido en la prisa de las cosas por hacer? ¿Sabemos encontrar un poco de ‘desierto’ interior en medio al ruido y a las actividades de cada día? Que la Virgen Santa nos ayude a ‘descansar en el Espíritu’ también en medio de todas las actividades cotidianas, y a ser disponibles y compasivos con los otros”, concluyó Francisco.

Foto © Vatican Media

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