El Papa: “Son tantas las cuestiones sociales sobre las que democráticamente estamos llamados a interactuar”

El Papa: “Son tantas las cuestiones sociales sobre las que democráticamente estamos llamados a interactuar”

(Ciudad del Vaticano, 6 Jul. 2024). “Democracia, como bien sabemos, es un término que se originó en la antigua Grecia para indicar el poder ejercido por el pueblo a través de sus representantes. Una forma de gobierno que, si bien se ha extendido globalmente en las últimas décadas, parece estar sufriendo las consecuencias de una peligrosa enfermedad, la del ‘escepticismo democrático’”, observa el Papa Francisco en la introducción a una antología de sus discursos y mensajes titulada “En el corazón de la democracia”, editada por la Librería Editorial Vaticana y el periódico “Il Piccolo”, difundida por Vatican News.

“La dificultad de las democracias para asumir las complejidades del tiempo presente – pensemos en los problemas ligados a la falta de trabajo o al poder abrumador del paradigma tecnocrático – parece ceder a veces al encanto del populismo”, señala el Papa, quien recalca que “la democracia tiene inherente un gran e indudable valor: el de estar ‘juntos’, el de que el ejercicio del gobierno tenga lugar en el contexto de una comunidad que se confronta libre y secularmente en el arte del bien común, que no es sino un nombre diferente de lo que llamamos política”.

“Juntos significa que uno más uno no son dos, sino tres, porque la participación y la cooperación crean lo que los economistas llaman valor añadido, es decir, ese sentido positivo y casi concreto de la solidaridad que surge de compartir y plantear, por ejemplo en el ámbito público, cuestiones sobre las que existe convergencia”, subraya Francisco, quien agrega que, “después de todo, es en la palabra ‘participar’ donde encontramos el verdadero significado de lo que es la democracia, de lo que significa ir al corazón de un sistema democrático”.

“En un régimen estatista o de dirección, nadie participa, todos observan, pasivos. La democracia, en cambio, exige la participación, la exigencia de poner el propio esfuerzo, de arriesgarse a la confrontación, de aportar los propios ideales, las propias razones. Arriesgar. Pero el riesgo es la tierra fértil en la que germina la libertad. Mientras que balconear, quedarse en la ventana ante lo que ocurre a nuestro alrededor, no sólo no es éticamente aceptable, sino que, egoístamente, tampoco es sabio ni conveniente”, advierte el Papa, quien recuerda que “son tantas las cuestiones sociales sobre las que, democráticamente, estamos llamados a interactuar”.


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