El Papa a la Pontificia Comisión para América Latina: “¡Construir puentes de reconciliación, inclusión y fraternidad!”

El Papa a la Pontificia Comisión para América Latina: “¡Construir puentes de reconciliación, inclusión y fraternidad!”

(Ciudad del Vaticano, 28 Jun. 2024). “La CAL actualmente no es solamente un caso de la renovación de la Curia Romana, sino que está llamada a ser sujeto activo que promueva la necesaria transformación que todos necesitamos, es decir, que ayude con discreción, prudencia y eficacia a que vivamos la sinodalidad, dimensión dinámica de la comunión, para caminar juntos movidos por el Espíritu del Señor en América Latina”, indicó el Papa Francisco este jueves durante la audiencia a los miembros de la Asamblea Plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL).

“Las palabras discreción, prudencia y eficacia las menciono para subrayar que la CAL no está llamada a sustituir a ningún actor de la vida eclesial latinoamericana. Pero sí está llamada a animarlos a todos, con la sencillez y profundidad de quien confía más en el envío misional y en el servicio, que en el mero activismo. De esta forma, la CAL debe promover con todos sus interlocutores, tanto en la Santa Sede como en el CELAM, la CEAMA, la CLAR, las Conferencias episcopales y todos los organismos eclesiales que de manera directa o indirecta sirven a la Iglesia en América Latina, un estilo sinodal de pensar, de sentir y de hacer”, agregó el Papa, quien destacó que “a este respecto, providencialmente, la CAL y la Iglesia en América Latina, pueden tener una fuente de inspiración profunda en san Juan Diego”.

“Como sabemos, él era un indígena sumamente modesto y sencillo. La Virgen no lo escoge por su erudición, por su capacidad organizativa, o por sus relaciones con el poder.  Al contrario, Santa María de Guadalupe se conmueve porque él se sabe muy pequeño: ‘soy cola, soy ala, necesito ser conducido, llevado a cuestas’. La conciencia sobre su incapacidad, acompañada del descubrimiento del gran amor y cercanía que la Virgen María le tiene, le permiten a san Juan Diego ir a buscar al obispo y le ayudan a hablarle con caridad y con claridad sobre lo que la Señora del Cielo le pide. El obispo, que también tiene un ministerio que cumplir, solicita una señal para poder creerle. San Juan Diego obedece y encuentra la señal buscada en el cerro del Tepeyac”, recordó Francisco, quien resaltó que “en estas escenas podemos ver con sencillez y profundidad sinodalidad y comunión simultáneas”.

“El fiel laico anuncia la buena noticia, confiando fundamentalmente en la dimensión eclesial y sobrenatural de su misión, y no tanto en sus fuerzas. ¡Esta es una bella experiencia de conversión sinodal! Esta misma confianza le permite también acoger, sin complicación, la responsabilidad que el obispo posee al interior de la comunidad. El resultado de este ejercicio sinodal y comunional no sólo son las rosas que aparecen frente a todos, no sólo es la imagen milagrosa impresa en la tilma del santo, sino el inicio de un proceso de reconciliación fraterna entre pueblos enemistados. Proceso nunca perfecto, pero que ayudó sin dudas al nacimiento de una nueva realidad en América Latina. En otras palabras, la sinodalidad ad intra da frutos de fraternidad ad extra”, observó el Papa, indicando que “este es el estilo inspirador que la CAL debe propiciar en toda la región latinoamericana y, cuando se requiera, aún más allá de ella”.

“Inspirar, no imponer. Inspirar, motivar y provocar la libertad para que cada realidad eclesial y social disciernan su propio camino, siguiendo también las mociones del Espíritu, en comunión con la Iglesia universal. ¡La CAL debe construir puentes de reconciliación, de inclusión, de fraternidad!”, enfatizó Francisco.

Foto © Vatican Media

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