El Papa: “Dar la vida, llevar la esperanza, mantenerse alejados de todo mal y mezquindad, responder al mal con el bien y estar cerca de quien sufre”

El Papa: “Dar la vida, llevar la esperanza, mantenerse alejados de todo mal y mezquindad, responder al mal con el bien y estar cerca de quien sufre”

(Ciudad del Vaticano, 12 May. 2024). “Nosotros, la Iglesia, somos precisamente ese cuerpo que Jesús, ascendido al Cielo, arrastra consigo como una ‘soga’. Es Él quien nos desvela y nos comunica, con su Palabra y con la gracia de los Sacramentos, la belleza de la Patria hacia la que nos encaminamos”, recalcó el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Regina Caeli.

“Del mismo modo también nosotros, sus miembros – somos nosotros miembros de Jesús – subimos con alegría junto a Él, la cabeza, sabiendo que el paso de uno es un paso para todos, y que nadie debe perderse ni quedar atrás porque somos un cuerpo solo”, subrayó el Papa, quien enfatizó que “paso a paso, peldaño a peldaño, Jesús nos muestra el camino”.

“¿Cuáles son esos pasos a dar? El Evangelio hoy dice: ‘Anunciar el Evangelio, bautizar, expulsar a los demonios, enfrentar a las serpientes, sanar a los enfermos’; en resumen, llevar a cabo las obras del amor: dar la vida, llevar la esperanza, mantenerse alejado de todo mal y mezquindad, responder al mal con el bien, estar cerca de quien sufre. Esto es el ‘paso a paso’”, explicó Francisco, quien resaltó que “cuanto más hacemos esto, más nos dejamos transformar por el Espíritu, más seguimos su ejemplo y más, como en la montaña, sentimos que el aire en torno a nosotros se vuelve ligero y limpio, el horizonte amplio y la meta cerca, las palabras y los gestos se convierten en buenos, la mente y el corazón se agrandan, respiran”.

“Entonces podemos preguntarnos: ¿Está vivo en mí el deseo de Dios, el deseo de su amor infinito, de su vida que es vida eterna? ¿O estoy un poco aplanado y anclado a las cosas pasajeras, o al dinero, o al éxito, o a los placeres? Y mi deseo del Cielo, ¿me aísla, me cierra o me lleva a amar a los hermanos con ánimo grande y desinteresado, a sentirlos compañeros de camino hacia el Paraíso? Que María nos ayude, Ella que ya llegó a la meta, a caminar juntos con alegría hacia la gloria del Cielo”, concluyó el Papa, quien después de la oración mariana, recordó que hoy en muchos países se celebra el Día de la Madre. “Pensemos con reconocimiento en todas las madres, y recemos también por las madres que se han ido al Cielo. Y confiemos a las madres a la protección de María, nuestra madre celestial. ¡Y para todas las madres un gran aplauso!”, pidió Francisco.

Foto © Vatican Media

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