El Papa: “No buscar el propio interés sino dar gratuitamente. Hacer en nosotros y a nuestro alrededor más casa y menos mercado”

El Papa: “No buscar el propio interés sino dar gratuitamente. Hacer en nosotros y a nuestro alrededor más casa y menos mercado”

(Ciudad del Vaticano, 3 Mar. 2024). “El Evangelio nos muestra hoy una escena dura: Jesús expulsa a los mercaderes del templo. Jesús echa a los vendedores, derriba las mesas de los cambistas y amonesta a todos diciendo: «No hagan de la casa de mi Padre un mercado». Detengámonos un poco en el contraste entre casa y mercado: de hecho, se trata de dos modos distintos de presentarse ante el Señor”, resaltó el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus.

“En el templo entendido como mercado, para estar bien con Dios bastaba comprar un cordero, pagarlo y consumirlo en las brasas del altar. Comprar, pagar, consumir, y después cada uno a su casa. En cambio, en el templo entendido como casa, sucede lo contrario: se va para visitar al Señor, para estar unidos a Él y estar unidos a los hermanos, para compartir alegrías y dolores. Todavía más, en el mercado se juega con el precio, en casa no se calcula; en el mercado se busca el propio interés, en casa se da gratuitamente”, explicó el Papa, quien agregó que “Jesús es hoy duro porque no acepta que el templo-mercado reemplace al templo-casa, no acepta que la relación con Dios sea distante y comercial en vez de cercana y llena de confianza, no acepta que los puestos de venta sustituyan a la mesa familiar”, porque “de ese modo se crea una barrera entre Dios y el hombre, y entre hermano y hermano, mientras que Cristo vino a traer comunión, a traer misericordia, es decir, perdón, a traer cercanía”.

“La invitación hoy, también para nuestro camino de Cuaresma, es a hacer en nosotros y a nuestro alrededor más casa y menos mercado. En primer lugar, con respecto a Dios”, y “rezando mucho, como hijos que, sin cansarse, llaman confiados a la puerta del Padre, no como mercaderes avaros y desconfiados”, y, “después, difundiendo fraternidad”, indicó Francisco, subrayando que “hay necesidad de mucha fraternidad”.

“Pensemos en el silencio incómodo, aislador, a veces incluso hostil, que se encuentra en muchos lugares. Y preguntémonos entonces: Ante todo, ¿cómo es mi oración? ¿Es un precio que hay que pagar o es el momento del abandono confiado durante el que no miro el reloj? ¿Y cómo son mis relaciones con los demás? ¿Sé dar sin esperar nada a cambio? ¿Sé dar el primer paso para romper los muros del silencio y los vacíos de las distancias? Debemos hacernos estas preguntas”, recalcó el Papa, quien concluyó pidiendo “que María nos ayude a ‘hacer casa’ con Dios, entre nosotros y a nuestro alrededor”.

Foto © Vatican Media

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