El Papa: “El individualismo es el virus más difícil de vencer. Desafiar nuestro entorno para llevar la alegría del Evangelio”

El Papa: “El individualismo es el virus más difícil de vencer. Desafiar nuestro entorno para llevar la alegría del Evangelio”

(Ciudad del Vaticano, 9 Feb. 2024). “La caridad de Mama Antula, sobre todo en el servicio a los más necesitados, hoy se impone con gran fuerza, en medio de esta sociedad que corre el riesgo de olvidar que el individualismo radical es el virus más difícil de vencer. Un virus que engaña. Nos hace creer que todo consiste en dar rienda suelta a las propias ambiciones. En esta beata encontramos un ejemplo y una inspiración que reaviva la opción por los últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha. Que el Señor nos dé la gracia de seguir su ejemplo y que este ejemplo los ayude a ser ese signo de amor y de ternura entre nuestros hermanos”, les dijo el Papa Francisco a los peregrinos de Argentina que vinieron a Roma para la canonización de la Beata María Antonia de San José de Paz y Figueroa, “Mama Antula”, que tendrá lugar este domingo en la Basílica de San Pedro.

“Recordemos también que el camino de la santidad implica confianza, abandono, como cuando la beata María Antonia llegó sólo con un crucifijo y descalza a Buenos Aires, porque no había puesto su seguridad en sí misma, sino en Dios, confiaba en que su arduo apostolado era obra de Él. Ella experimentó lo que Dios quiere de cada uno de nosotros, que podamos descubrir su llamada, cada uno en su propio estado de vida, pues cualquiera que sea, siempre se sintetizará en realizar ‘todo para la mayor gloria de Dios y salvación de las almas’. Esta premisa, que está en la base de la espiritualidad ignaciana, de la cual la beata Mama Antula se nutrió, la movió siempre en toda su labor. Y tanto es así, que una de sus principales preocupaciones cuando fue suprimida la Compañía de Jesús, fue la de impartir ella misma los ejercicios espirituales, buscando así ayudar a todos a descubrir la belleza del seguimiento de Cristo”, resaltó el Papa, quien agregó que, “sin embargo, esto no le fue fácil, pues debido a la aversión que se había propiciado contra los jesuitas, le llegaron a prohibir dar los ejercicios, de manera que decidió impartirlos clandestinamente”.

“Esta dimensión de la clandestinidad no podemos olvidarla, es muy importante. En este sentido, otro mensaje que nos da la beata en nuestro mundo de hoy es el de no rendirnos frente a la adversidad, no desistir en nuestros buenos propósitos de llevar el Evangelio a todos, a pesar de los desafíos que esto pueda representar. Muchas veces incluso en la propia familia o el propio lugar de trabajo puede ser ese ambiente árido donde hay que conservar la fe y tratar de irradiarla. Firmemente arraigados en el Señor debemos ver en esto una ocasión en la que podemos desafiar nuestro entorno para llevar la alegría del Evangelio”, indicó Francisco, quien recordó “la devoción que la beata tenía a san José, de quien lleva su nombre”, y destacó “su gran ardor por la Eucaristía, la cual debe ser el centro de nuestra vida, y de la cual mana la fuerza para realizar nuestro apostolado”.

“Los invito a participar en serio, el día domingo, en la celebración de Cristo, muerto y resucitado, en la cual proclamaremos como santa a Mama Antula. Los invito a que seamos testigos de este regalo para el pueblo argentino, pero también para toda la Iglesia. A ella, que tanto promovió las peregrinaciones, pidamos que nos ayude en nuestro peregrinar juntos hacia la casa del Padre. Que la Virgen de Luján interceda por todos los fieles que peregrinan en Argentina, y por la Iglesia universal”, pidió el Papa.

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