El Papa: “Debemos cuidarnos de las ‘cadenas’ que sofocan nuestra libertad como las adicciones, las modas dominantes, la intolerancia y la idolatría del poder”

El Papa: “Debemos cuidarnos de las ‘cadenas’ que sofocan nuestra libertad como las adicciones, las modas dominantes, la intolerancia y la idolatría del poder”

(Ciudad del Vaticano, 28 Ene. 2024). “El Evangelio de hoy nos presenta a Jesús liberando a una persona poseída por un ‘espíritu maligno’, que la destrozaba y la hacía gritar sin cesar. Esto es lo que hace el demonio: quiere poseer para ‘encadenar nuestras almas’”, advirtió el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus.

“Y debemos cuidarnos de las ‘cadenas’ que sofocan nuestra libertad. Porque el diablo te quita la libertad, siempre”, reiteró el Papa, quien habló de “algunas de estas cadenas que pueden apresar nuestro corazón”, como “las adicciones, que nos hacen esclavos, siempre insatisfechos, y devoran energía, bienes y afectos”, o “las modas dominantes, que nos empujan al perfeccionismo imposible, al consumismo y al hedonismo, que mercantilizan a las personas y desvirtúan sus relaciones”.

“Y otras cadenas: están las tentaciones y los condicionamientos que socavan la autoestima, la serenidad y la capacidad de elegir y amar la vida; otra cadena: el miedo, que hace mirar al futuro con pesimismo, y la intolerancia, que siempre echa la culpa a los demás; y luego hay una cadena muy fea: la idolatría del poder, que genera conflictos y recurre a las armas que matan o se sirve de la injusticia económica y de la manipulación del pensamiento. Hay tantas cadenas en nuestras vidas”, observó Francisco, quien recalcó que “Jesús vino a liberarnos de todas estas cadenas”.

“Jesús tiene el poder de expulsar al diablo. Jesús libera del poder del mal. Y estemos atentos: ¡ahuyenta al diablo, pero no dialoga con él! Jesús nunca dialogó con el diablo; y cuando fue tentado en el desierto, sus respuestas eran palabras de la Biblia, nunca un diálogo. Hermanos y hermanas, ¡con el diablo no se dialoga! Estén atentos: con el diablo no se dialoga, porque si entras en diálogo con él, él gana, siempre. Estén atentos”, volvió a advertir el Papa, quien indicó que “debemos invocar a Jesús: invocarlo allí, donde sentimos que las cadenas del mal y del miedo aprietan con más intensidad”.

“El Señor, con la fuerza de su Espíritu, quiere repetir al maligno también hoy: ‘Vete, deja en paz ese corazón, no dividas el mundo, las familias, las comunidades; déjalas vivir en paz, para que florezcan allí los frutos de mi Espíritu, no los del tuyo -así dice Jesús-. Para que reine entre ellos el amor, la alegría, la mansedumbre, y en lugar de la violencia y los gritos de odio, haya libertad y paz’. Preguntémonos entonces: ¿quiero realmente liberarme de esas cadenas que aprisionan mi corazón? Y también, ¿sé decir que ‘no’ a las tentaciones del mal, antes de que se apoderen de mi alma? Por último, ¿invoco a Jesús, le permito que actúe en mí, que me sane por dentro? Que la Santísima Virgen nos proteja del mal”, concluyó Francisco.

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