Fue presentado el Año de la Oración. Monseñor Fisichella recuerda el deseo del Papa Francisco de que “el año que precede al Jubileo pueda dedicarse a una gran ‘sinfonía’ de oración”

Fue presentado el Año de la Oración. Monseñor Fisichella recuerda el deseo del Papa Francisco de que “el año que precede al Jubileo pueda dedicarse a una gran ‘sinfonía’ de oración”

(Ciudad del Vaticano, 23 Ene. 2024). “En las últimas semanas, en varias ocasiones, el Papa Francisco se ha referido a este año 2024 como el Año de la Oración. El domingo pasado en el Angelus ha abierto oficialmente este Año que estará dedicado de manera particular a la oración. Ya en la Carta del 11 de febrero de 2022, que me dirigió para encargar al Dicasterio el Jubileo, el Papa Francisco había escrito: ‘Me alegra pensar que el año 2024, que precede al acontecimiento del Jubileo, pueda dedicarse a una gran ‘sinfonía’ de oración; ante todo, para recuperar el deseo de estar en la presencia del Señor, de escucharlo y adorarlo. Oración, para agradecer a Dios los múltiples dones de su amor por nosotros y alabar su obra en la creación, que nos compromete a respetarla y a actuar de forma concreta y responsable para salvaguardarla. Oración como voz ‘de un solo corazón y una sola alma’ que se traduce en ser solidarios y en compartir el pan de cada día. Oración que permite a cada hombre y mujer de este mundo dirigirse al único Dios, para expresarle lo que tienen en el secreto del corazón. Oración como vía maestra hacia la santidad, que nos lleva a vivir la contemplación en la acción. En definitiva, un año intenso de oración, en el que los corazones se puedan abrir para recibir la abundancia de la gracia, haciendo del ‘Padre Nuestro’, la oración que Jesús nos enseñó, el programa de vida de cada uno de sus discípulos”, recordó Monseñor Rino Fisichella, Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, durante la conferencia de prensa de presentación del Año de la Oración y de la serie “Apuntes sobre la Oración”, que tuvo lugar esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

“El año 2024 será entonces un Año de preparación al Jubileo que está por comenzar y un Año durante el cual deberá emerger mayormente el horizonte espiritual del evento jubilar, que va mucho más allá de cualquier forma necesaria y urgente de organización estructural. Como el Papa ha subrayado en el Te Deum al final del año: ‘El cristiano, como María, es un peregrino de esperanza. Y este será precisamente el tema del Jubileo de 2025: ‘Peregrinos de esperanza’. Queridos hermanos y hermanas, podemos preguntarnos: ¿Roma se está preparando para convertirse en el Año Santo en una ‘ciudad de esperanza’? Se trata del testimonio de la comunidad eclesial y civil que, más que en los eventos, consiste en el estilo de vida, en la calidad ética y espiritual de la convivencia. Entonces, la pregunta se puede formular así: ¿estamos trabajando, cada uno en su propio ámbito, para que esta ciudad sea un signo de esperanza para quienes viven en ella y para quienes la visitan?’. Para que el Jubileo sea un evento que enriquezca espiritualmente la vida de la Iglesia y de todo el pueblo de Dios, convirtiéndose en signo concreto de esperanza, es necesario prepararlo y vivirlo en las comunidades con ese espíritu de expectativa típico de la esperanza cristiana. El Año de la Oración corresponde plenamente a esta necesidad”, subrayó Monseñor Fisichella.

“Como ha escrito el Papa Francisco: ‘Estoy seguro de que los obispos, sacerdotes, diáconos y catequistas encontrarán durante este Año las maneras más adecuadas para poner la oración en el centro del anuncio de esperanza que el Jubileo 2025 pretende hacer resonar en estos tiempos convulsos’. Por tanto, el Dicasterio queda a disposición de todas las Conferencias Episcopales y de los representantes de las Diócesis para el Jubileo”, dijo el Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, encargado por el Santo Padre de la organización del Jubileo 2025.

Foto © Vatican Media

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