El Papa: “No perder nunca el ánimo y no perder la valentía de ser buscadores de Dios, hombres de esperanza, soñadores intrépidos que escrutan el cielo”

El Papa: “No perder nunca el ánimo y no perder la valentía de ser buscadores de Dios, hombres de esperanza, soñadores intrépidos que escrutan el cielo”

(Ciudad del Vaticano, 6 Ene. 2024). “Los Magos emprenden un viaje en busca del Rey que ha nacido. Ellos son imagen de los pueblos en camino en busca de Dios, de los extranjeros que ahora son conducidos al monte del Señor, de los lejanos que ahora pueden oír el anuncio de la salvación, de todos los que están extraviados y sienten la llamada de una voz amiga. Porque ahora, en la carne del Niño de Belén, la gloria del Señor se ha revelado a todas las gentes y «todo hombre verá la salvación de Dios». Es la peregrinación humana de cada uno de nosotros, de la lejanía a la cercanía”, recalcó el Papa Francisco en su homilía durante la Santa Misa de la solemnidad de la Epifanía del Señor, que presidió esta mañana en la Basílica de San Pedro.

“Los Magos tienen los ojos fijos en el cielo, pero los pies sobre la tierra y el corazón postrado en adoración”, resaltó el Papa, quien explicó que, “ante todo, los Magos tienen los ojos fijos en el cielo”, están “imbuidos por la nostalgia del infinito y su mirada es atraída por los astros celestes” y “no viven mirando la punta de sus pies, replegados sobre sí mismos, prisioneros de un horizonte terreno, arrastrándose en la resignación o en la queja”.

“Los Magos no sólo miran la estrella, las cosas de lo alto, sino que también tienen los pies sobre la tierra” y “se ponen en camino a Jerusalén”, subrayó Francisco, quien destacó que, además, “los Magos tienen el corazón postrado en adoración” y “miran a la estrella en el cielo, pero no se refugian en una devoción separada de la tierra” y “emprenden el viaje, pero no vagan como turistas sin rumbo”.

“Hermanos y hermanas, como los Magos, levantemos los ojos al cielo, pongámonos en camino en busca del Señor e inclinemos el corazón en adoración. Mirar al cielo, ponerse en camino y adorar. Y pidamos la gracia de no perder nunca el ánimo, de no perder la valentía de ser buscadores de Dios, hombres de esperanza, soñadores intrépidos que escrutan el cielo; la valentía de perseverar en el camino por los senderos del mundo, con el cansancio del verdadero camino, y el valor de adorar, el valor de mirar al Señor que ilumina a todo hombre. Que el Señor nos conceda esta gracia, sobre todo la gracia de saber adorar”, concluyó el Papa.

Foto © Vatican Media

Los comentarios están cerrados.