El Papa: “Vivir la Navidad en oración, en medio del calor de los afectos y con sobriedad. No confundamos la fiesta con el consumismo”

El Papa: “Vivir la Navidad en oración, en medio del calor de los afectos y con sobriedad. No confundamos la fiesta con el consumismo”

(Ciudad del Vaticano, 24 Dic. 2023). “Hoy, en el cuarto domingo de Adviento, el Evangelio nos presenta la escena de la Anunciación. El ángel, para explicar a María cómo concebirá a Jesús, le dice: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra». Detengámonos un poco en esta imagen, la sombra. En una tierra como la de María, perennemente soleada, una nube pasajera, un árbol que resiste a la sequía y ofrece cobijo, una tienda hospitalaria brindan alivio y protección”, observó el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus.

“La sombra es un don que restaura, y el ángel describe precisamente así el modo en el que el Espíritu Santo desciende sobre María, que es el modo de hacer de Dios. Dios siempre actúa como un amor gentil que abraza, fecunda y custodia, sin hacer violencia, sin herir la libertad”, recalcó el Papa, quien recordó que “la de la sombra que protege es una imagen recurrente en la Biblia” y resaltó que “la sombra habla, en suma, de la gentileza de Dios”.

“Es como si Él dijera a María, pero también a todos nosotros hoy: ‘Estoy aquí para ti y me ofrezco como tu refugio y tu cobijo: ven bajo mi sombra, quédate conmigo’”, explicó Francisco, quien reiteró que “así se comporta el amor fecundo de Dios” y agregó que “es algo que, en un cierto sentido, podemos experimentar también entre nosotros, por ejemplo, cuando entre amigos, prometidos, esposos, padres e hijos somos delicados y respetuosos, cuidando a los demás con gentileza”.

“Dios ama así y nos llama también a nosotros a hacer lo mismo: acogiendo, protegiendo y respetando a los demás”, indicó el Papa. “Preguntémonos entonces, en la víspera de Navidad: ¿Deseo dejarme envolver por la sombra del Espíritu Santo, de la dulzura y de la mansedumbre de Dios, de la gentileza de Dios, haciéndole un sitio en el corazón, acercándome a su perdón, a la Eucaristía? Y después: ¿Para qué personas solas y necesitadas podría ser una sombra que repara, una amistad que consuela? Que María nos ayude a ser abiertos y acogedores ante la presencia de Dios, que con mansedumbre viene a salvarnos”, concluyó Francisco, quien, después de rezar el Angelus con los fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, deseó a todos “una vigilia de Navidad en oración, en medio del calor de los afectos y con sobriedad”.

“No confundamos la fiesta con el consumismo. Se puede, y como cristiano, se debe celebrar con sencillez, sin derroche, y compartiendo con quien carece de lo necesario o carece de compañía. Estamos cerca de nuestros hermanos y hermanas que sufren a causa de la guerra. Pensemos en Palestina, Israel, Ucrania. Pensemos también en quienes sufren la miseria, el hambre, la esclavitud. Que Dios, que asumió un corazón humano, infunda humanidad en el corazón de los hombres”, pidió el Papa.

Foto © Vatican Media

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