El Papa: “Mientras en Ucrania y en otros lugares del mundo se combate y en ciertas salas escondidas se planifica la guerra, la JMJ ha mostrado que otro mundo es posible. El mensaje de los jóvenes ha sido claro. ¿Lo escucharán los ‘grandes de la tierra’?”

El Papa: “Mientras en Ucrania y en otros lugares del mundo se combate y en ciertas salas escondidas se planifica la guerra, la JMJ ha mostrado que otro mundo es posible. El mensaje de los jóvenes ha sido claro. ¿Lo escucharán los ‘grandes de la tierra’?”

(Ciudad del Vaticano, 9 Ago. 2023). La JMJ de Lisboa “ha sido sentida por todos como un don de Dios, que ha vuelto a poner en movimiento los corazones y los pasos de los jóvenes, tantos jóvenes de todas las partes del mundo, tantos, para ir a encontrarse y encontrar a Jesús”, destacó el Papa Francisco durante la audiencia general de esta mañana en el Aula Pablo VI, la primera después de la pausa de verano y tras la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebró en la capital de Portugal la semana pasada.

“Como bien sabemos, la pandemia ha tenido un fuerte impacto en los comportamientos sociales: el aislamiento a menudo ha degenerado en encierro, y los jóvenes se han visto particularmente afectados. Y con esta Jornada Mundial de la Juventud, Dios ha dado un ‘empujón’ en sentido contrario: esta ha marcado un nuevo inicio de la gran peregrinación de los jóvenes a través de los continentes, en nombre de Jesucristo”, resaltó el Papa, quien, recordando el lema del evento de Lisboa, que era “María se levantó y partió sin demora”, recalcó que en la JMJ “el Evangelio propuso a los jóvenes el modelo de la Virgen María”.

“Así María hoy, en el tercer milenio, guía la peregrinación de los jóvenes tras las huellas de Jesús. Como había hecho hace un siglo en Portugal, en Fátima, cuando se dirigió a tres niños encomendándoles un mensaje de fe y de esperanza para la Iglesia y para el mundo. Por esto, durante la JMJ, volví a Fátima, al lugar de las apariciones, y junto a algunos jóvenes enfermos recé para que Dios sane al mundo de las enfermedades del alma: la soberbia, la mentira, la enemistad, la violencia”, recordó Francisco, quien señaló que “el mundo está enfermo de estas enfermedades”.

“Y hemos renovado nuestra consagración, de Europa, del mundo al Corazón Inmaculado de María. Y yo recé por la paz, porque hay tantas guerras en tantas partes del mundo”, reiteró el Pontífice, quien volvió a destacar que “los jóvenes del mundo acudieron a Lisboa numerosos y con gran entusiasmo”, y precisó que “no eran unas vacaciones de los jóvenes, no era un viaje turístico, y tampoco un evento espiritual encerrado en sí mismo”, pues “la JMJ es un encuentro con Cristo a través de la Iglesia”.

“Y mientras que en Ucrania y en otros lugares del mundo se combate, y mientras en ciertas salas escondidas se planifica la guerra”, la JMJ “ha mostrado a todos que otro mundo es posible: un mundo de hermanos y hermanas, donde las banderas de todos los pueblos ondean juntas, una junto a la otra, ¡sin odio, sin miedo, sin cierres, sin armas! El mensaje de los jóvenes ha sido claro. ¿Lo escucharán los ‘grandes de la tierra’?”, preguntó el Papa, quien recalcó que “es una parábola para nuestro tiempo, y todavía hoy Jesús dice: ‘¡El que tenga oídos, que oiga! ¡El que tenga ojos, que vea!’”.

Foto © Vatican Media

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