El Papa: “Sueño con una Europa que utilice su ingenio para apagar focos de guerra y encender luces de esperanza, una Europa que sepa reencontrar su alma joven”

El Papa: “Sueño con una Europa que utilice su ingenio para apagar focos de guerra y encender luces de esperanza, una Europa que sepa reencontrar su alma joven”

(Ciudad del Vaticano, 2 Ago. 2023). “El futuro son los jóvenes. Pero hay muchos factores que los desaniman, como la falta de trabajo, los ritmos frenéticos en los que están inmersos, el aumento del coste de la vida, la dificultad para encontrar vivienda y, lo que es aún más preocupante, el miedo a formar una familia y traer hijos al mundo”, señaló el Papa Francisco en su primer discurso de su Viaje apostólico a Portugal, durante el Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático, que tuvo lugar este mediodía en el Centro Cultural de Belém en Lisboa, en el que dijo que sueña “con una Europa, corazón de Occidente, que utilice su ingenio para apagar focos de guerra y encender luces de esperanza; una Europa que sepa reencontrar su alma joven, soñando con la grandeza del conjunto y yendo más allá de las necesidades de lo inmediato; una Europa que incluya a los pueblos y a las personas con su propia cultura, sin perseguir teorías ni colonizaciones ideológicas”.

“En Europa y, más en general, en Occidente, asistimos a una triste fase descendente de la curva demográfica. El progreso parece ser una cuestión de avances técnicos y de comodidades individuales, mientras que el futuro exige contrarrestar la disminución de la natalidad y el declive de las ganas de vivir”, indicó el Papa, quien observó que “la buena política puede hacer mucho en este sentido” y “puede ser generadora de esperanza”, y recalcó que “no está llamada a detentar el poder, sino a dar a la gente la posibilidad de esperar”, y “está llamada, hoy más que nunca, a corregir los desequilibrios económicos de un mercado que produce riqueza, pero no la distribuye, empobreciendo a los individuos de recursos y certezas”, y “a redescubrirse como generadora de vida y de cuidado, a invertir con clarividencia en el futuro, en las familias y en los hijos, a promover alianzas intergeneracionales, en las que no se borre el pasado de un plumazo, sino que se fomenten los vínculos entre jóvenes y mayores”.

“Esto lo debemos retomar: el diálogo entre jóvenes y mayores. A esto se refiere el sentimiento portugués de la saudade, que expresa una nostalgia, un deseo de bien ausente, que sólo renace en contacto con las propias raíces. Los jóvenes deben encontrar sus propias raíces en los ancianos. En este sentido es importante la educación, que no sólo puede impartir nociones técnicas para progresar económicamente, sino que está destinada a entrar en una historia, a transmitir una tradición, a valorar la necesidad religiosa del hombre y a fomentar la amistad social”, reiteró Francisco, quien concluyó insistiendo en la necesidad de sentirse “todos llamados, fraternalmente, a dar esperanza al mundo en que vivimos”.

Foto © Vatican Media

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