(Ciudad del Vaticano, 21 Abr. 2023). “Pedro fue llamado por el Señor durante la última Cena, en presencia de los demás apóstoles, a confirmar a los hermanos y a actuar como signo visible de unidad en la Iglesia”, recordó el Papa Francisco esta mañana durante la audiencia a los miembros de la “Papal Foundation”, subrayando dos aspectos “de la responsabilidad por la unidad confiada a Pedro y a sus sucesores”.

“El primero es la promoción de la unidad. Lamentablemente, también en nuestros días vemos cómo la unidad de la Iglesia está herida por la división. Y el diablo es especialista en luchar contra la unidad. Esto se debe a menudo a la influencia de ideologías y movimientos que, aunque a veces tienen buenas intenciones, acaban fomentando partidos y críticas, en los que cada uno desarrolla un cierto complejo de superioridad a la hora de entender la práctica de la fe. Esto se ve agravado por la aplicación de una terminología mundana, especialmente política, al hablar de la Iglesia y de la propia fe”, señaló Francisco, destacando que “motivados por una fe sincera y un vivo deseo de ayudar a los demás, los miembros de la Papal Fundation se elevan por encima de estas divisiones sectarias y promueven la unidad a través de la generosa financiación cada año de numerosos proyectos y becas de estudio que proporcionan una ayuda vital, sin prejuicios ni discriminaciones, a nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo”, y “con gratitud por su testimonio en este sentido”, los animó a perseverar en su servicio a la unidad de la Iglesia universal.

El segundo aspecto de la responsabilidad por la unidad de la Iglesia confiada a Pedro y a sus sucesores “es la transparencia”, recalcó el Papa, quien recordó que “en los últimos años, la Santa Sede ha dado pasos notables para garantizar que los servicios prestados a la Iglesia universal y a la sociedad en general por sus diversos Dicasterios, Instituciones y Oficinas se lleven a cabo con la adecuada transparencia”.

“Esto es particularmente importante en el servicio de la caridad, que depende de la buena voluntad y la generosidad de tantas personas en todo el mundo. Aunque no son comparables con el inmenso daño derivado de la falta de protección de los más vulnerables frente a las diversas formas de abuso, los escándalos financieros provocados por la falta de vigilancia y transparencia dañan el buen nombre de la Iglesia y pueden poner en discusión la credibilidad de la fe misma”, advirtió el Pontífice.

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