(Ciudad del Vaticano, 29 Ene. 2023). Los pobres de espíritu son aquellos que saben “que no son autosuficientes y viven como ‘mendicantes de Dios’: se sienten necesitados de Él y reconocen que el bien viene de Él, como don, como gracia”, explicó el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus.

“Los pobres de espíritu tratan de no desperdiciar nada”, resaltó el Papa, quien observó que “no desperdiciar nos permite apreciar el valor de nosotros mismos, de las personas y de las cosas, pero lamentablemente es un principio a menudo desatendido, sobre todo en las sociedades más ricas, en las que domina la cultura del derroche y la cultura del descarte: las dos son una peste”.

“Quisiera proponerles tres desafíos contra la mentalidad del desperdicio y del descarte”, dijo Francisco, quien exhortó a “no desperdiciar el don que nosotros somos”, “no desperdiciar los dones que tenemos” y “no descartar a las personas”.

“Cada uno de nosotros es un bien, independientemente de las cualidades que tiene. Cada mujer, cada hombre es rico no solo de talentos, sino de dignidad, es amado por Dios, vale, es valioso. Jesús nos recuerda que somos bienaventurados no por lo que tenemos, sino por lo que somos”, recalcó el Pontífice, quien también recordó que en el mundo cada año se desperdicia alrededor de un tercio de la producción alimentaria total.

“¡Y esto mientras muchos mueren de hambre! Los recursos de la creación no se pueden usar así; los bienes deben ser custodiados y compartidos, de forma que a nadie le falte lo necesario. ¡No malgastemos lo que tenemos, sino difundamos una ecología de la justicia y de la caridad, del compartir!”, exhortó el Papa, quien reiteró su llamado a luchar contra la cultura del descarte.

“Las personas no se pueden tirar, y los desfavorecidos no se pueden tirar. Cada uno es un don sagrado, cada uno es un don único, en toda edad y en toda condición. ¡Respetemos y promovamos la vida siempre! No descartemos la vida”, insistió Francisco.

Foto © Vatican Media