El Papa: “Un mundo que descarta a los enfermos no tiene futuro. La salud no es un lujo, debe ser para todos”

El Papa: “Un mundo que descarta a los enfermos no tiene futuro. La salud no es un lujo, debe ser para todos”

(Ciudad del Vaticano, 16 Ene. 2023). “Los profesionales de la salud, en los últimos tres años, han vivido una experiencia muy especial, difícil de imaginar, la de la pandemia. Ya se ha dicho antes, pero no hay que olvidarlo: sin su compromiso y su trabajo, muchos enfermos no se habrían curado. El sentido del deber animado por la fuerza del amor les ha permitido servir al prójimo, incluso poniendo en peligro su propia salud. Y con ustedes, doy las gracias a todos los demás trabajadores sanitarios”, les dijo el Papa Francisco a los representantes de la Federación nacional italiana de los colegios de técnicos sanitarios de radiología médica y de las profesiones sanitarias técnicas, de la rehabilitación y de la prevención, a quienes recibió en audiencia esta mañana.

Tras recordar que el próximo 11 de febrero se celebrará la Jornada Mundial del Enfermo, “que siempre es una invitación a reflexionar sobre la experiencia de la enfermedad”, el Papa subrayó que “esto es aún más apropiado hoy en día, y de hecho, necesario, porque a menudo la cultura de la eficiencia y del descarte nos empuja a negarla”.

“No hay lugar para la fragilidad. Y así el mal, cuando irrumpe y nos asalta, nos deja atónitos. Puede ocurrir, entonces, que los demás nos abandonen, o que nos parezca que debemos abandonarlos, para no sentir una carga hacia ellos. Así empieza la soledad”, advirtió Francisco, quien insistió en la importancia de la cultura del cuidado, personificada por el Buen Samaritano, que actúa de forma opuesta. “Esta parábola indica un curso de acción preciso. Nos muestra con qué iniciativas se puede reconstruir una comunidad a partir de hombres y mujeres que hacen suya la fragilidad de los demás, que no permiten que se construya una sociedad de exclusión, sino que se hacen prójimos y levantan y rehabilitan al hombre caído, para que el bien sea común”, recalcó el Pontífice, reiterando lo que indica en su Encíclica “Fratelli tutti”.

“Su profesión nace de una elección de valores. Con su servicio, contribuyen a ‘levantar y rehabilitar’ a sus pacientes, recordando que ante todo son personas. En el centro, de hecho, debe estar siempre la persona, en todos sus componentes, incluido el espiritual: una totalidad unificada, en la que las dimensiones biológica y espiritual, cultural y relacional, planificadora y ambiental del ser humano se armonizan en el curso de la vida”, recalcó el Papa, enfatizando que este principio “guía el camino y permite no ceder a un eficientismo estéril ni a una fría aplicación de protocolos”.

“Los enfermos son personas que piden ser curadas y sentirse cuidadas, y por eso es importante relacionarse con ellos con humanidad y empatía”, recordó Francisco, quien insistió en que “le corresponde a cada país buscar estrategias y recursos para que todo ser humano tenga garantizado el acceso a los cuidados y el derecho fundamental a la salud”, pues “un mundo que descarta a los enfermos, que no ayuda a quienes no pueden permitirse cuidados, es cínico y no tiene futuro”, e invitó a recordar siempre que “la salud no es un lujo, es para todos”.

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