El Papa: “Crudos vientos de guerra continúan soplando sobre la humanidad. Fijemos la mirada en el rostro del Niño que nos ha nacido y en su pequeño semblante inocente reconozcamos el de los niños que en cada rincón del mundo anhelan la paz”

El Papa: “Crudos vientos de guerra continúan soplando sobre la humanidad. Fijemos la mirada en el rostro del Niño que nos ha nacido y en su pequeño semblante inocente reconozcamos el de los niños que en cada rincón del mundo anhelan la paz”

(Ciudad del Vaticano, 25 Dic. 2022). “Debemos constatar con dolor que, al mismo tiempo que se nos da el Príncipe de la paz, crudos vientos de guerra continúan soplando sobre la humanidad”, señaló el Papa Francisco este mediodía en su mensaje navideño, antes de impartir la Bendición Urbi et Orbi desde el Balcón central de la Basílica de San Pedro.

“Si queremos que sea Navidad, la Navidad de Jesús y de la paz, contemplemos a Belén y fijemos la mirada en el rostro del Niño que nos ha nacido. Y en ese pequeño semblante inocente reconozcamos el de los niños que en cada rincón del mundo anhelan la paz”, pidió el Papa, quien volvió a recordar a “los hermanos y hermanas ucranianos, que viven esta Navidad en la oscuridad, a la intemperie o lejos de sus hogares, a causa de la destrucción ocasionada por diez meses de guerra”.

“Nuestro tiempo está viviendo una grave carestía de paz también en otras regiones, en otros escenarios de esta tercera guerra mundial. Pensemos en Siria, todavía martirizada por un conflicto que pasó a segundo plano pero que no ha acabado; pensemos también en Tierra Santa, donde durante los meses pasados aumentaron la violencia y los conflictos, con muertos y heridos. Imploremos al Señor para que allí, en la tierra que lo vio nacer, se retome el diálogo y la búsqueda de confianza recíproca entre israelíes y palestinos”, exhortó Francisco, quien también dirigió su pensamiento a otros países que sufren conflictos y al continente americano, pidiéndole al Niño Jesús “que inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad” para que se esfuercen “por pacificar las tensiones políticas y sociales que afectan a varios países”.

“Pensemos en las personas que sufren hambre, sobre todo los niños, mientras cada día se desperdician grandes cantidades de alimentos y se destinan recursos a las armas”, reiteró el Pontífice, quien invitó a recordar a los pobres, a los “tantos migrantes y refugiados que llaman a nuestra puerta en busca de consuelo, calor y alimento”, a los marginados, las personas solas, los huérfanos y los ancianos, que “corren el riesgo de ser descartados”, y a los presos, “que miramos sólo por sus errores y no como seres humanos”.

“Aquel que es fuente de todo bien se hace pobre y pide como limosna nuestra pobre humanidad. Dejémonos conmover por el amor de Dios y sigamos a Jesús, que se despojó de su gloria para hacernos partícipes de su plenitud. ¡Feliz Navidad a todos!”, concluyó el Papa.

Foto © Vatican Media

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