(Ciudad del Vaticano, 3 Dic. 2022). “Si realmente queremos celebrar la Navidad, redescubramos a través del pesebre la sorpresa y el asombro de la pequeñez, la pequeñez de Dios, que se hace pequeño”, exhortó el Papa Francisco esta mañana durante la audiencia a los donadores del árbol y el pesebre que se inaugurarán esta tarde en la Plaza de San Pedro.

“Sólo quien está arraigado en buena tierra, permanece firme, crece, ‘madura’, resiste los vientos que lo sacuden y se convierte en un punto de referencia para quienes lo miran. Pero, queridos, sin raíces nada de esto sucede: sin cimientos firmes se permanece tambaleante. Es importante custodiar las raíces, tanto en la vida como en la fe”, recalcó el Papa, subrayando que “a este respecto, el apóstol Pablo nos recuerda el fundamento en el que debemos arraigar nuestra vida para permanecer firmes: dice que permanezcamos ‘arraigados en Jesucristo’”.

“Esto es lo que nos recuerda el árbol de Navidad. Arraigados en Jesucristo”, insistió Francisco. “Si realmente queremos celebrar la Navidad, redescubramos a través del pesebre la sorpresa y el asombro de la pequeñez, la pequeñez de Dios, que se hace pequeño, no nace en el esplendor de las apariencias, sino en la pobreza de un establo”, recordó el Pontífice, quien indicó que “para encontrarse con Él hay que llegar allí, donde está; hay que rebajarse, hacerse pequeño, dejar toda la vanidad, donde está Él”, y “la oración es la mejor manera de decir gracias ante este regalo de amor gratuito, de decir gracias a Jesús que desea entrar en nuestras casas, que desea entrar en nuestros corazones”.

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