El Papa: “La mirada de Dios no se detiene nunca en nuestro pasado lleno de errores, sino que ve con infinita confianza lo que podemos llegar a ser” 

El Papa: “La mirada de Dios no se detiene nunca en nuestro pasado lleno de errores, sino que ve con infinita confianza lo que podemos llegar a ser” 

(Ciudad del Vaticano, 30 Oct. 2022). “Hoy, en la liturgia, el Evangelio narra el encuentro entre Jesús y Zaqueo, jefe de los publicanos en la ciudad de Jericó. En el centro de esta narración se halla el verbo buscar”, explicó el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus.

“Zaqueo «buscaba ver quién era Jesús», y Jesús, tras haberlo encontrado, afirma: «El Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido». Detengámonos en las dos miradas que se buscan: la mirada de Zaqueo que busca a Jesús, y la mirada de Jesús que busca a Zaqueo”, un “publicano, es decir, de uno de aquellos hebreos que recaudaban los impuestos por cuenta de los dominadores romanos y que se aprovechaban de su posición”, y por este motivo, era “odiado por todos y señalado como pecador”, y sin embargo, “quiere ver a Jesús”, resaltó el Papa, quien recalcó que “esto es fundamental: Zaqueo nos enseña que, en la vida, nunca está todo perdido”, y “siempre podemos dar espacio al deseo de recomenzar, de reiniciar, de convertirnos”.

“En este sentido, es decisivo el segundo aspecto: la mirada de Jesús”, una “imagen muy hermosa, porque si Jesús debe alzar la mirada, significa que mira a Zaqueo desde abajo. Esta es la historia de la salvación: Dios no nos ha mirado desde lo alto para humillarnos y juzgarnos; por el contrario, se ha rebajado hasta lavarnos los pies, mirándonos desde abajo y restituyéndonos la dignidad”, enfatizó Francisco, quien observó que “el cruce de miradas entre Zaqueo y Jesús parece resumir toda la historia de la salvación: la humanidad con sus miserias busca la redención; pero, ante todo, Dios con su misericordia busca a su criatura para salvarla”.

“Hermanos, hermanas, recordemos esto: la mirada de Dios no se detiene nunca en nuestro pasado lleno de errores, sino que ve con infinita confianza lo que podemos llegar a ser” y “si a veces nos sentimos personas de baja estatura, que no están a la altura de los desafíos de la vida y, menos aún, de los del Evangelio, empantanadas en los problemas y en los pecados, Jesús nos mira siempre con amor”, reiteró el Pontífice.

“Podemos entonces preguntarnos: ¿Cómo nos vemos a nosotros mismos? ¿Nos sentimos inadecuados y nos resignamos, o precisamente cuando nos sentimos desanimados buscamos a Jesús? Y, además, ¿cómo miramos a quienes se han equivocado y tienen dificultad para levantarse del polvo de sus errores? ¿Es una mirada desde lo alto que juzga, desprecia y excluye?”, dijo el Papa, quien indicó que “los cristianos debemos tener la mirada de Cristo, que abraza desde abajo”.

“Recemos a María, cuya humildad miró el Señor, y pidámosle el don de una mirada nueva sobre nosotros y sobre los demás”, concluyó Francisco.

Foto © Vatican Media

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