El Papa: “Imaginemos que el Señor llega hoy a la tierra. Vería muchas guerras, mucha pobreza, muchas desigualdades”

El Papa: “Imaginemos que el Señor llega hoy a la tierra. Vería muchas guerras, mucha pobreza, muchas desigualdades”

(Ciudad del Vaticano, 16 Oct. 2022). “El Evangelio de la Liturgia de hoy se concluye con una pregunta que preocupa a Jesús: «cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?». Sería como decir: cuando llegue al final de la historia -pero, podemos pensar, también ahora, en este momento de la vida- ¿encontraré un poco de fe en ustedes, en su mundo? Es una pregunta seria. Imaginemos que el Señor llega hoy a la tierra: vería, lamentablemente, muchas guerras, mucha pobreza, muchas desigualdades, y al mismo tiempo grandes conquistas de la técnica, medios modernos y gente que va siempre deprisa, sin detenerse nunca; ¿pero encontraría quien le dedique tiempo y afecto, quien lo ponga en el primer lugar? Y sobre todo preguntémonos: ¿qué encontraría en mí, si el Señor hoy viniera, qué encontraría en mí, en mi vida, en mi corazón? ¿Qué prioridades de mi vida vería?”, invitó el Papa Francisco este domingo en su meditación previa al Angelus.

“Nosotros, a menudo, nos concentramos sobre muchas cosas urgentes, pero no necesarias, nos ocupamos y nos preocupamos de muchas realidades secundarias; y quizá, sin darnos cuenta, descuidamos lo que más cuenta y dejamos que nuestro amor por Dios se vaya enfriando, se enfríe poco a poco. Hoy Jesús nos ofrece el remedio para calentar una fe tibia. ¿Y cuál es el remedio? La oración. La oración es la medicina de la fe, el reconstituyente del alma. Pero es necesario que sea una oración constante”, recalcó Francisco, quien advirtió que “no se puede vivir solo de momentos fuertes o de encuentros intensos de vez en cuando para después ‘entrar en letargo’”, pues así “nuestra fe se secará”.

“Necesita el agua cotidiana de la oración, necesita de un tiempo dedicado a Dios, de forma que Él pueda entrar en nuestro tiempo, en nuestra historia; de momentos constantes en los que abrimos el corazón, para que Él pueda derramar en nosotros cada día amor, paz, gloria, fuerza, esperanza; es decir nutrir nuestra fe”, indicó el Papa, quien sugirió que se pueden hacer “oraciones muy breves, fáciles de memorizar, que podemos repetir a menudo durante el día, durante las diversas actividades, para estar ‘en sintonía’ con el Señor”.

“Hagamos algún ejemplo. Nada más levantarnos podemos decir: ‘Señor, te doy las gracias y te ofrezco este día’; esta es una pequeña oración; después, antes de una actividad, podemos repetir: ‘Ven, Espíritu Santo’; y entre una cosa y la otra rezar así: ‘Jesús, confío en ti, Jesús, te amo’. Pequeñas oraciones pero que nos mantienen en contacto con el Señor. ¡Cuántas veces mandamos ‘mensajes’ a las personas a las que queremos! Hagámoslo también con el Señor, para que el corazón permanezca conectado a Él. Y no nos olvidemos de leer sus respuestas. El Señor responde, siempre. ¿Dónde las encontramos? En el Evangelio, que hay que tenerlo siempre a mano y abrir cada día algunas veces, para recibir una Palabra de vida dirigida a nosotros. Y volvemos a ese consejo que les he dado tantas veces: lleven un pequeño Evangelio de bolsillo, en el bolsillo, en el bolso, y así cuando tengan un minuto ábranlo y lean algo, y el Señor responderá. Que la Virgen María, fiel en la escucha, nos enseñe el arte de rezar siempre, sin cansarnos”, concluyó el Pontífice.

Foto © Vatican Media

Un comentario en «El Papa: “Imaginemos que el Señor llega hoy a la tierra. Vería muchas guerras, mucha pobreza, muchas desigualdades”»

  1. Debemos ser constantes en la oración con fe y esperanza.
    La oración es poderosa y si queremos aportar con un granito de arena para salvar este mundo tan desigual debemos orar con perseverancia, pero ante todo, el amor a Dios y a nuestro hermano que sufre para que haya justicia en la tierra.

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