El Papa: “Poner las religiones en el centro del compromiso para la construcción de un mundo en el que nos escuchamos y nos respetamos en la diversidad”

El Papa: “Poner las religiones en el centro del compromiso para la construcción de un mundo en el que nos escuchamos y nos respetamos en la diversidad”

(Ciudad del Vaticano, 21 Sep. 2022). “La semana pasada, desde el martes hasta el jueves, estuve en Kazajistán”, recordó el Papa Francisco durante la audiencia general de esta mañana en la Plaza de San Pedro, subrayando que “el motivo principal del viaje fue participar en el Congreso de los Líderes de las religiones mundiales y tradicionales”, iniciativa que “se lleva adelante desde hace veinte años por las autoridades del país, y que se presenta al mundo como lugar de encuentro y de diálogo, en este caso a nivel religioso, y por tanto como protagonista en la promoción de la paz y de la fraternidad humana”.

“Fue la séptima edición de este congreso. Un país que tiene 30 años de independencia, ha hecho ya 7 ediciones de estos congresos, uno cada tres años.  Esto significa poner las religiones en el centro del compromiso para la construcción de un mundo en el que nos escuchamos y nos respetamos en la diversidad. Y esto no es relativismo, no: es escuchar y respetar. Y esto hay que reconocérselo al gobierno kazajo que, tras haberse liberado del yugo del régimen ateo, propone ahora un camino de civilización que mantiene unidos política y religión, sin confundirlas ni separarlas, condenando claramente fundamentalismos y extremismos. Es una posición equilibrada y de unidad”, resaltó Francisco, quien explicó que “el Congreso discutió y aprobó la Declaración final, que va en continuidad con la que se firmó en Abu Dabi en febrero de 2019 sobre la fraternidad humana”.

“Me gusta interpretar este paso adelante como fruto de un camino que parte de lejos: pienso naturalmente en el histórico Encuentro interreligioso por la paz convocado por San Juan Pablo II en Asís en 1986, tan criticado por la gente que no tenía clarividencia; pienso en la mirada clarividente de San Juan XXIII y San Pablo VI; y también en la de grandes almas de otras religiones. Me limito a recordar a Mahatma Gandhi. ¿Pero cómo no recordar a tantos mártires, hombres y mujeres de todas las edades, lenguas y naciones, que han pagado con la vida la fidelidad al Dios de la paz y de la fraternidad? Lo sabemos: los momentos solemnes son importantes, pero después está el empeño cotidiano, es el testimonio concreto que construye un mundo mejor para todos”, recalcó el Papa, quien recordó que, además del Congreso, este viaje le permitió encontrarse con las autoridades de Kazajistán y con la Iglesia local, “una comunidad de personas contentas, alegres, con entusiasmo”.

“Los católicos son pocos en ese vasto país. Pero esta condición, si es vivida con fe, puede llevar frutos evangélicos: sobre todo la bienaventuranza de la pequeñez, del ser levadura, sal y luz contando únicamente con el Señor y no con alguna forma de relevancia humana. Además, la escasez numérica invita a desarrollar las relaciones con los cristianos de otras confesiones, y también la fraternidad con todos. Por tanto, pequeño rebaño, sí, pero abierto, no cerrado, no defensivo, abierto y confiado en la acción del Espíritu Santo, que sopla libremente donde y como quiere. Hemos recordado también esa parte gris, los mártires: los mártires de ese Pueblo santo de Dios, porque sufrió decenios de opresión atea, hasta la liberación hace 30 años. Hombres y mujeres que sufrieron tanto por la fe a lo largo del periodo de la persecución. Asesinados, torturados, presos por la fe”, señaló el Pontífice, recordando que “con este pequeño pero alegre rebaño” celebró la Eucaristía en Nursultán.

“Era la fiesta de la Santa Cruz. Y esto nos hace reflexionar. En un mundo en el cual progreso y regreso se cruzan, la Cruz de Cristo permanece el ancla de salvación: signo de la esperanza que no decepciona porque está fundada en el amor de Dios, misericordioso y fiel. A Él va nuestro agradecimiento por este viaje, y nuestra oración para que sea rico de frutos para el futuro de Kazajistán y para la vida de la Iglesia peregrina en esa tierra”, concluyó Francisco.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *