(Ciudad del Vaticano, 7 Ago. 2022). “En el Evangelio de la Liturgia de hoy, Jesús les habla a los discípulos para tranquilizarlos de todo temor e invitarlos a estar alerta. Son dos las exhortaciones fundamentales que les dirige: la primera es «no temas, pequeño rebaño»; la segunda «estén preparados». ‘No temas’ y ‘estén preparados’. Se trata de dos palabras-clave para derrotar los miedos que a veces nos paralizan y para superar la tentación de una vida pasiva, adormecida”, explicó el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus.

“Saber que el Señor nos cuida con amor no nos autoriza a dormir, a dejarnos llevar por la pereza. Al contrario, debemos estar despiertos, vigilantes. En efecto, amar significa estar atentos a los demás, darse cuenta de sus necesidades, estar disponibles para escuchar y acoger, estar preparados”, indicó Francisco, quien hablando de “la segunda palabra: «Estén preparados»”, subrayó que esta segunda invitación de hoy “es sabiduría cristiana”.

“Jesús repite en más de una ocasión esta invitación, y hoy lo hace a través de tres breves parábolas, centradas en un patrón de casa que, en la primera, vuelve sin previo aviso de la boda, en la segunda no quiere dejarse sorprender por los ladrones, y en la tercera vuelve de un largo viaje. En todas, el mensaje es este: es necesario estar despiertos, no dormirse, es decir no estar distraídos, no ceder a la pereza interior, porque, también en las situaciones en las que no lo esperamos, el Señor viene. Tener esta atención al Señor, no estar dormidos. Es necesario estar despiertos”, enfatizó el Papa, recordando que al final de nuestra vida, el Señor “nos pedirá cuentas de los bienes que nos ha encomendado” y por esto, “vigilar significa también ser responsables, es decir custodiar y administrar esos bienes con fidelidad”.

“Hemos recibido tanto: la vida, la fe, la familia, las relaciones, el trabajo, pero también los lugares en los que vivimos, nuestra ciudad, la creación. Hemos recibido muchas cosas. Tratemos de preguntarnos: ¿cuidamos de este patrimonio que el Señor nos ha dejado? ¿Custodiamos la belleza o usamos las cosas solo para nosotros y para nuestras conveniencias del momento? Tenemos que pensar un poco en esto: ¿somos custodios de lo que se nos ha dado? Hermanos y hermanas, caminemos sin miedo, con la certeza de que el Señor nos acompaña siempre. Y estemos despiertos, para que no nos durmamos mientras el Señor pasa”, exhortó el Pontífice.

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