El Papa Francisco en Canadá: “El Señor nos quiere artesanos de una historia nueva, tejedores de esperanza, constructores de futuro, artífices de paz”

El Papa Francisco en Canadá: “El Señor nos quiere artesanos de una historia nueva, tejedores de esperanza, constructores de futuro, artífices de paz”

(Ciudad del Vaticano, 26 Jul. 2022). “Somos hijos de una historia que hay que custodiar. No somos individuos aislados, no somos islas, nadie viene al mundo desconectado de los demás. Nuestras raíces, el amor que nos esperaba y que recibimos cuando vinimos al mundo, los ambientes familiares en los que crecimos, forman parte de una historia única que nos ha precedido y nos ha generado. No la elegimos nosotros, sino que la recibimos como un regalo; y es un regalo que estamos llamados a custodiar”, indicó el Papa Francisco en su homilía durante la Santa Misa que presidió este martes en el Commonwealth Stadium de Edmonton, en el tercer día de su Viaje Apostólico a Canadá.

“Nuestros predecesores nos transmitieron una pasión, una fuerza y un anhelo, un fuego que nos corresponde reavivar; no se trata de custodiar cenizas, sino de reavivar el fuego que ellos encendieron. Nuestros abuelos y nuestros mayores deseaban ver un mundo más justo, más fraternal, más solidario, y lucharon por darnos un futuro. Ahora, nos toca a nosotros no decepcionarlos. Nos toca hacernos cargo de esta tradición que recibimos, porque la tradición es la fe viva de nuestros muertos. Por favor, no la convirtamos en tradicionalismo, que es la fe muerta de los vivientes, como dijo un pensador”, exhortó Francisco, quien recalcó que “respaldados por ellos, por nuestros mayores, que son nuestras raíces, nos corresponde a nosotros dar fruto”, pues “nosotros somos las ramas que deben florecer y producir nuevas semillas en la historia”.

“Muchas veces la vida se mide por el dinero que se gana, por la carrera que se realiza, por el éxito y la consideración que se recibe de los demás. Pero estos no son criterios generativos. La pregunta es: ¿estoy generando, estoy generando vida? ¿Estoy difundiendo en la historia un amor nuevo y renovado? ¿Anuncio el Evangelio allí donde vivo, sirvo a alguien gratuitamente, como hicieron conmigo los que me precedieron? ¿Qué estoy haciendo por mi Iglesia, por mi ciudad, por mi sociedad? Hermanas y hermanos, es fácil criticar, pero el Señor no quiere que seamos sólo críticos con el sistema, no quiere que seamos cerrados, no quiere que seamos ‘de los que retroceden’, de los que se echan atrás, como dijo el autor de la carta a los Hebreos, sino nos quiere artesanos de una historia nueva, tejedores de esperanza, constructores de futuro, artífices de paz”, explicó el Papa, quien pidió la intercesión de San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús, en el día de su fiesta.

“Que nos ayuden a custodiar la historia que nos ha generado y a construir una historia generadora. Que nos recuerden la importancia espiritual de honrar a nuestros abuelos y mayores, de sacar provecho de su presencia para construir un futuro mejor. Un futuro en el que no se descarte a los mayores porque funcionalmente ‘no son necesarios’; un futuro que no juzgue el valor de las personas sólo por lo que producen; un futuro que no sea indiferente hacia quienes, ya adelante en la edad, necesitan más tiempo, escucha y atención; un futuro en el que no se repita la historia de violencia y marginación que sufren nuestros hermanos y hermanas indígenas. Es un futuro posible si, con la ayuda de Dios, no rompemos el vínculo con los que nos han precedido y alimentamos el diálogo con los que vendrán después de nosotros: jóvenes y mayores, abuelos y nietos, juntos. Vayamos adelante juntos, soñemos juntos. Y no olvidemos el consejo de Pablo a su discípulo Timoteo: ‘Acuérdate de tu madre y de tu abuela’”, concluyó el Pontífice.

Foto © Vatican Media

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