El Papa Francisco: “Seguir a Jesús nos enseña a tener compasión, a fijarnos en los demás, sobre todo en quien sufre. Pidámosle al Señor que nos haga salir de nuestra indiferencia egoísta”

El Papa Francisco: “Seguir a Jesús nos enseña a tener compasión, a fijarnos en los demás, sobre todo en quien sufre. Pidámosle al Señor que nos haga salir de nuestra indiferencia egoísta”

(Ciudad del Vaticano, 10 Jul. 2022). “Es significativo que los primeros cristianos fuesen llamados ‘discípulos del Camino’. El creyente, en efecto, se parece mucho al samaritano: como él, está de viaje, es un viandante. Sabe que no es una persona ‘que ha llegado’, y desea aprender todos los días siguiendo al Señor Jesús, que dijo: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida»”, explicó el Papa Francisco este mediodía en su meditación previa al Angelus, comentando el Evangelio de la Liturgia de hoy, que narra la parábola del buen samaritano.

“El discípulo de Cristo camina siguiéndolo a Él, y así se hace ‘discípulo del Camino’. Va detrás del Señor, que no es sedentario, sino que está siempre en camino: por el camino encuentra a las personas, cura a los enfermos, visita pueblos y ciudades. Así actuó el Señor, siempre en camino. De este modo, el ‘discípulo del Camino’, es decir, nosotros los cristianos, ve que su modo de pensar y de obrar cambia gradualmente, haciéndose cada vez más conforme al del Maestro. Caminando sobre las huellas de Cristo, se convierte en viandante y aprende, como el samaritano, a ver y a tener compasión. Ve y siente compasión”, recalcó Francisco, subrayando que el cristiano “ante todo, ve: abre los ojos a la realidad, no está egoístamente encerrado en el círculo de sus propios pensamientos”.

“El Evangelio nos educa a ver: guía a cada uno de nosotros a comprender rectamente la realidad, superando día tras día ideas preconcebidas y dogmatismos. Muchos creyentes se refugian en dogmatismos para defenderse de la realidad. Y, además, seguir a Jesús nos enseña a tener compasión, a fijarnos en los demás, sobre todo en quien sufre, en el más necesitado, y a intervenir como el samaritano: no pasar de largo, sino detenerse”, reiteró el Papa, quien indicó que “cuando hemos sido indiferentes y nos hemos justificado, debemos reconocerlo, pero no nos detengamos ahí”.

“Hemos de reconocerlo, es un error, pero pidámosle al Señor que nos haga salir de nuestra indiferencia egoísta y que nos ponga en el Camino. Pidámosle que nos haga ver y tener compasión. Esta es una gracia, tenemos que pedirla al Señor”, exhortó el Pontífice, quien concluyó pidiendo “que la Virgen María nos acompañe en esta vía de crecimiento” y “que Ella, que nos ‘muestra el Camino’, es decir, a Jesús, nos ayude también a ser cada vez más ‘discípulos del Camino’”.

Foto © Vatican Media

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