El Papa Francisco advierte: “Pensar que la violencia y la guerra resuelven las disputas es un engaño. La guerra nunca es la solución sino un problema, una derrota”

El Papa Francisco advierte: “Pensar que la violencia y la guerra resuelven las disputas es un engaño. La guerra nunca es la solución sino un problema, una derrota”

(Ciudad del Vaticano, 30 May. 2022). “La violencia siempre genera más violencia, las armas producen muerte y la guerra nunca es la solución sino un problema, una derrota”, reiteró el Papa Francisco esta mañana durante la audiencia a una delegación de “B’nai B’rith International”, institución de la colectividad judía que trabaja por la promoción de los derechos humanos, de la que destacó que “tiene una larga historia de contactos con la Santa Sede, desde los tiempos de la publicación de la Declaración Conciliar Nostra Aetate”.

“En todo este tiempo, se han prodigado en la labor humanitaria. Las personas necesitadas tienen derecho a la ayuda y la solidaridad por parte de la comunidad que las rodea, tienen derecho sobre todo a la esperanza”, recalcó el Papa, quien recordó que “ayudar a los últimos, a los pobres, a los enfermos”, es la forma “más concreta de promover una mayor fraternidad”, pues “en efecto, pensando en tantos conflictos y extremismos peligrosos, que ponen en peligro la seguridad de todos, hay que observar que a menudo el mayor factor de riesgo es la pobreza material, educativa y espiritual, que se convierte en terreno fértil para alimentar el odio, la ira, la frustración y el radicalismo”.

“Vivimos en una época en la que la paz está amenazada en muchas partes del mundo: perspectivas particularistas y nacionalistas, impulsadas por intereses egoístas y avidez de lucro, parecen querer imponerse cada vez más” y “esto aumenta el riesgo de que, al final, solo se pierda y se pisotee la dignidad humana”, señaló Francisco, quien subrayó que “para prevenir la escalada del mal, es importante recordar el pasado, recordar las guerras, recordar la Shoah y tantas otras atrocidades”.

“Nuestra memoria espiritual común, atestiguada por las páginas de la Sagrada Escritura, nos devuelve al primer acto de violencia, a Caín que mata a su hermano Abel. «Entonces el Señor dijo a Caín: ‘¿Dónde está Abel, tu hermano?’. Él respondió: ‘No lo sé. ¿Soy yo el guardián de mi hermano?’». Caín niega saber dónde está su hermano que acaba de matar con sus propias manos, no le importa de él: la violencia siempre tiene como compañeras a la mentira y la indiferencia. ¿Dónde está tu hermano? Dejémonos provocar por esta pregunta, repitámonosla a menudo”, exhortó el Papa, quien advirtió que “no podemos sustituir el sueño divino, hecho de un mundo de hermanos, por un mundo de hijos únicos, violentos e indiferentes”.

“Frente a la violencia, frente a la indiferencia, las páginas sagradas nos devuelven al rostro del hermano, al ‘desafío del tú’. La fidelidad a lo que somos, a nuestra humanidad, se mide aquí: se mide en la fraternidad, se mide en el rostro del otro”, enfatizó Francisco, quien indicó que “en esto es bueno que nos ayudemos, porque en cada uno de nosotros, en cada tradición religiosa, así como en cada sociedad humana, siempre existe el riesgo de albergar rencores y alimentar disputas contra los demás, y de hacerlo en nombre de principios absolutos e incluso sagrados”.

“Es la tentación mentirosa de la violencia, es el mal agazapado a la puerta del corazón. Es el engaño según el cual con la violencia y con la guerra se resuelven las disputas. En cambio, la violencia siempre genera más violencia, las armas producen muerte y la guerra nunca es la solución sino un problema, una derrota”, reiteró el Papa, quien insistió en que es posible trabajar juntos “a favor de los más pequeños, de la paz, de la justicia y de la protección de la creación”.

“Sigamos adelante juntos, sobre la base de valores espirituales compartidos, para defender la dignidad humana contra toda violencia, para buscar la paz. Que el Todopoderoso nos bendiga, para que nuestra amistad crezca y trabajemos juntos por el bien común. ¡Gracias, shalom!”, concluyó Francisco.

Foto © Vatican Media

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