(Ciudad del Vaticano, 6 May. 2022). “Antes de que la emergencia sanitaria terminara, el mundo entero se encuentra enfrentando un nuevo y trágico desafío, la guerra en curso en Ucrania”, señaló el Papa Francisco esta mañana durante la audiencia a los participantes en la sesión plenaria del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

“Desde el final de la segunda guerra mundial, no han faltado las guerras regionales”, agregó el Papa, quien reiteró que son “muchas” y recordó que son tantas que ha hablado “a menudo de una tercera guerra mundial a pedazos, esparcida por todas partes”.

“Sin embargo, esta guerra, cruel e insensata como toda guerra, tiene una dimensión mayor y amenaza al mundo entero, y no puede dejar de cuestionar la conciencia de cada cristiano y de cada Iglesia. Debemos preguntarnos qué han hecho y qué pueden hacer las Iglesias para contribuir al ‘desarrollo de una comunidad mundial, capaz de realizar la fraternidad a partir de pueblos y naciones que vivan la amistad social’”, recalcó Francisco, reiterando lo que indica en su Encíclica “Fratelli tutti”.

“Es una pregunta en la que debemos pensar juntos”, enfatizó el Papa. “En el siglo pasado, la conciencia de que el escándalo de la división de los cristianos tuvo un peso histórico en la generación del mal que envenenó el mundo con lutos e injusticias, movió a las comunidades creyentes, bajo la guía del Espíritu Santo, a desear la unidad por la que el Señor oró y dio su vida”, recordó Francisco, quien subrayó que “hoy, ante la barbarie de la guerra, este anhelo de unidad debe ser alimentado de nuevo”, pues “ignorar las divisiones entre cristianos, por costumbre o por resignación, significa tolerar esa contaminación de los corazones que hace fértil el terreno para los conflictos”.

“El anuncio del Evangelio de la paz, el Evangelio que desarma los corazones incluso antes que los ejércitos, será más creíble sólo si es anunciado por cristianos finalmente reconciliados en Jesús, Príncipe de la paz; cristianos animados por su mensaje de amor y fraternidad universal, que trasciende los confines de su propia comunidad y nación”, indicó el Papa.