(Ciudad del Vaticano, 29 Abr. 2022). “El abuso, en todas sus formas, es inaceptable. El abuso sexual de niños es particularmente grave porque ofende la vida mientras está floreciendo en ese momento”, volvió a denunciar el Papa Francisco esta mañana durante la audiencia a los miembros de la Comisión Pontificia para la protección de los menores, recordando que “en lugar de florecer, la persona abusada es herida, a veces incluso indeleblemente”, y “las personas abusadas se sienten a veces como si estuvieran atrapadas entre la vida y la muerte”.

“El testimonio de los sobrevivientes representa una herida abierta en el cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Los exhorto a trabajar diligentemente y valientemente para dar a conocer estas heridas, buscar a quienes las padecen y reconocer en estas personas el testimonio de nuestro Salvador sufriente. En efecto, la Iglesia conoce al Señor resucitado en la medida en que lo sigue como Siervo sufriente. Este es el camino para todos nosotros: obispos, superiores religiosos, presbíteros, diáconos, personas consagradas, catequistas y fieles laicos. Cada miembro de la Iglesia, según su propio estado, está llamado a asumir la responsabilidad de prevenir los abusos y trabajar por la justicia y la sanación”, indicó el Papa, quien destacó que “se han sembrado semillas importantes en este sentido”, pero “aún queda mucho por hacer”.

“Las semillas que han sido esparcidas están comenzando a dar buenos frutos. La incidencia de los abusos de menores por parte del clero ha evidenciado una disminución por diversos años en aquellas partes del mundo donde se dispone de datos y recursos confiables”, resaltó Francisco, quien pidió un informe anual sobre las iniciativas de la Iglesia para la protección de los menores y de los adultos vulnerables, “un informe confiable sobre lo que está sucediendo y lo que debe cambiar, para que las autoridades competentes puedan actuar”.

“Este informe será un factor de transparencia y responsabilización, y espero que dé una verificación clara sobre nuestros progresos en este empeño. Si no hubiera progresos, los fieles seguirían perdiendo confianza en sus pastores, haciendo cada vez más difícil el anuncio y el testimonio del Evangelio”, advirtió el Papa.

Foto © Vatican Media