El Papa: “No hay que cansarse de escuchar a los migrantes, porque solo así se sale de la visión distorsionada que a menudo circula en los medios de comunicación y se pueden reconocer sus rostros, sus historias, sus heridas, sus sueños y sus esperanzas”

El Papa: “No hay que cansarse de escuchar a los migrantes, porque solo así se sale de la visión distorsionada que a menudo circula en los medios de comunicación y se pueden reconocer sus rostros, sus historias, sus heridas, sus sueños y sus esperanzas”

(Ciudad del Vaticano, 6 Abr. 2022). “Malta es un lugar-clave en lo que se refiere al fenómeno de las migraciones. En el Centro de acogida Juan XXIII encontré numerosos migrantes, que desembarcaron en la isla después de viajes terribles. No hay que cansarse de escuchar sus testimonios, porque solo así se sale de la visión distorsionada que a menudo circula en los medios de comunicación y se pueden reconocer los rostros, las historias, las heridas, los sueños y las esperanzas de estos migrantes. Cada migrante es único: no es un número, es una persona; es único como cada uno de nosotros. Cada migrante es una persona con su dignidad, sus raíces, su cultura. Cada uno de ellos es portador de una riqueza infinitamente más grande que los problemas que implica”, reiteró el Papa Francisco durante la audiencia general de este miércoles, invitando a no olvidar que “Europa ha sido hecha con las migraciones”.

“Ciertamente, la acogida debe ser organizada, es verdad esto, debe ser gobernada, y antes, mucho antes, debe ser proyectada juntos, a nivel internacional. Porque el fenómeno migratorio no puede ser reducido a una emergencia, es un signo de nuestros tiempos. Y como tal debe ser leído e interpretado. Se puede convertir en un signo de conflicto, o en un signo de paz. Depende de cómo lo tomemos, depende de nosotros. Quien en Malta ha dado vida al Centro Juan XXIII ha elegido la opción cristiana y por eso lo ha llamado ‘Peace Lab’: laboratorio de paz. Pero yo quisiera decir que ¡Malta en su conjunto es un laboratorio de paz! Toda la nación con su actitud, con su propia actitud, es un laboratorio de paz. Y puede realizar esta misión suya si, desde sus raíces, toma la savia de la fraternidad, de la compasión, de la solidaridad. El pueblo maltés ha recibido estos valores junto con el Evangelio, y gracias al Evangelio podrá mantenerles vivos”, resaltó el Papa, quien dedicó su catequesis a su reciente viaje a Malta.

“Por esto, como Obispo de Roma, fui a confirmar a ese pueblo en la fe y en la comunión”, agregó Francisco, quien subrayó que “Malta es un lugar-clave también desde el punto de vista de la evangelización”, y destacó que “de Malta y de Gozo, las dos diócesis del país, han salido muchos sacerdotes y religiosos, pero también fieles laicos, que han llevado a todo el mundo el testimonio cristiano, ¡como si el paso de san Pablo hubiera dejado la misión en el ADN de los malteses!”.

“Por eso mi visita ha sido sobre todo un acto de reconocimiento, reconocimiento a Dios y a su santo pueblo fiel que está en Malta y en Gozo. Sin embargo, también allí sopla el viento del secularismo y de la pseudocultura globalizada a base de consumismo, neocapitalismo y relativismo. También allí, por eso, es tiempo de nueva evangelización. La visita que, como mis predecesores, realicé a la Gruta de San Pablo ha sido como ir a la fuente, para que el Evangelio pueda brotar en Malta con la frescura de sus orígenes y reavivar su gran patrimonio de religiosidad popular que está simbolizada en el Santuario mariano nacional de Ta’ Pinu, en la isla de Gozo, donde celebramos un intenso encuentro de oración”, recordó el Papa.

“Nosotros, con esta visita, sembramos, pero es el Señor quien hace crecer. ¡Qué su bondad infinita conceda frutos abundantes de paz y de todo bien al querido pueblo maltés! Gracias a este pueblo maltés por su acogida tan humana, tan cristiana. Muchas gracias”, concluyó Francisco.

Foto © Vatican Media

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