(Ciudad del Vaticano, 26 Mar. 2022). “Atento al mundo, en el sentido evangélico, es alguien que sabe sorprenderse, alguien que está abierto a captar las semillas del reino de Dios presentes en la realidad, porque sabe que el Espíritu Santo está siempre actuando y actúa libremente y a menudo de forma sorprendente”, explicó el Papa en su discurso a las Hijas de María Santísima del Huerto, a quienes recibió en audiencia esta mañana, con ocasión de su XX Capítulo General, informa Vatican News, que destaca que Francisco aclaró que “atención” no significa juicio, prejuicio, sospecha, desconfianza o miedo, sino “sano realismo, sencillez, sabiendo tomar las situaciones y las personas como son, y acompañándolas en el camino de la cercanía a Dios y de la madurez en el Señor”.

El Papa también destacó la importancia de acercarse, tocar con la mano, porque “tocar con la mano nos humaniza”, no quedándose en el balcón. “Esta es una de las cosas más feas, el cristiano que está en el balcón”, observó  Francisco, quien recordó que “balconear” alude a la actitud de mirar las cosas con asepsia, sin entrar en contacto con el mundo.

“Normalmente, cuando en las confesiones o en el diálogo, le pregunto a una persona: ‘Pero dime: ¿tú das limosna?’. ‘Sí, Padre: doy limosna’. ‘Y dime, cuando das limosna, ¿tocas la mano de la persona que pide, o le miras a los ojos?’. ‘No sé…’: esta limosna no es tuya, mecánica. Si eres capaz de tocar, de mirar a los ojos, eso es hermoso. Eso es importante: no balconear, tocar”, recalcó el Papa, quien enfatizó que “cada vez que nos acercamos a una persona con caridad, con amor, le devolvemos su dignidad”.